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Después de horas de que Minho se fuera y que Felix intentará procesar que sería abuelo de tres niños, llegó Changbin, después de todo un día agotador, donde tuvo que salir más tarde de lo normal.

–Buenas noches mis omegas bellos.–beso los labios de felix y luego se acerco para besar la frente de Jisung.–¿hoy no cocinaste, Lix?

–No me sentía bien.–suspiro pesado.

–Está bien, pidan algo entonces, te la dejaré pasar porque siempre cocinas, ¿y tu cachorrito? ¿Que tal la consulta de hoy?–se sentó al lado del rubio.

–uh, yo, estoy muy cansado, ¿no puedo ir a dormir? Ouh, son las nueve de la noche, ehh, igual, voy a dormir.–intentl alejarse pero fue tomado del brazo por su padre.

–Siéntate y dime que pasó.–hablo serio.

–En la mañana me llamaron de urgencia, me revisaron y, bueno, se escucho otro latido y me dijeron que estaba esperando gemelos, pero luego siguieron viendo y al final estoy esperando trillizos, ¡yeah! Eres abuelo de tres.—rio nervioso.

–¿Trillizos? Jisung con eso no se puede juegar.–respiro pesado.

–No estoy jugando, mira.–se sentó al lado el alfa y mostró la foto.–me gustaría decirte que es cada uno pero hay que esperar.–sonrio.

–Oh, mi bello cachorro.–abrazo al rubio.

Felix llegó unos minutos después con la cena ya pedida, solo que Jisung se disgusto un poco, no era bueno comer pollo con ensaladas, el quería comer como lo hacía una persona normal.

–No quiero comer lechugas, ya comí ensalada ayer.–hizo un puchero.

–Hannie, el doctor dijo la vez pasada que la dieta es permanente hasta que des a luz.-hizo un gesto con sus manos.–anda, come luego, mañana debes ir a la universidad temprano.

–Ugh, es asqueroso.–pillizco el pollo y se lo llevó a la boca.–eww.

–Deja de hacer asco, come, ahora debes comer mucho más y regulado.–le dio una mirada seria.

꒷꒦꒷꒦꒷꒦꒷꒦꒷꒦

Ya era por la mañana, estaba preparando su mochila relajado.

Vestía un jeans ajustado de color azul y un suéter ancho de color gris.

Cerro la cremallera de su mochila y camino hasta la sala donde estaba su madre.

–Ya me voy.–aviso el menor.

–Cuidate mucho, cualquier cosa me marcas y te puedo ir a buscar.–beso su frente.

El rubio salió de la casa tranquilo en dirección a la parada de auto buses.

Tomó el primero que vio, pues la verdad todos le acercaban a la universidad.

Media hora después ya estaba caminando por los pasillos, recibiendo miradas extrañas por su ausencia tan larga, pues cuatro meses fueron muchos.

Un chico salto a su espalda, Jungwon, su mejor amigo, un omega alto, de cara tierna y gatuna, un cuerpo rectangular pero plano, con olor a cereza. A su lado iba Jay, un amigo de Jungwon y algo cercano al rubio, era moreno, de cara ruda, un alfa puro.

–¡Jisung! ¿Donde estuviste todos estos meses? No respondiste mensajes, no abriste la puerta, ¡nada!–exagero con sus manitos.

–Si, Wonnie tiene razón, desapareciste de la nada, tenemos mucho que contar.–lo arrastró hasta el salón.–bueno, una de esas cosas te la vamos a contar Jung y yo.–miro nervioso al contrario.

nuestro cachorro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora