haruto se quedó flechado con el pibe que le dió daikiri en los dieciocho de jaehyuk, así que le pide a jae su número.
junkyu no tiene ni idea de por qué le habla un número desconocido a las cinco de la madrugada.
mashiho se encuentra a un pibito r...
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doyoung se acercó a la cocina intentando no ser muy ruidoso, pero igual terminó por delatarse cuando se chocó con la pata de una silla, mashiho se dió vuelta mirándolo con esa carita de orto que tenía desde que le quemó la olla. la verdad era que a doyoung no le molestaba que lo viera así, porque se veía lindo con su carita de malo.
— ¿qué vas a cocinar? —preguntó, acercándose hasta quedar atrás suyo. doyoung asomó su cabeza por un costado, mirándolo.
— si no querés que te pegue, correte.
riéndose, doyoung lo abrazó por la cintura, acomodando su mentón en el hombro de mashiho.
— tenés como un millón de pesos en la mano —le dijo, tratando de sacarle alguna risa.
mashiho no se rió. la verdad estaba poniendo todo de sí para no mostrarle lo nervioso que estaba por esa cercanía que tenían, concentrándose en pelar la papa.
— mashi.
— qué pesado está el día hoy, eh.
doyoung sonrió, haciéndole dejar las papas en la mesada para moverlo y tenerlo frente a él.
— ¿vas a seguir enojado conmigo toda la vida?
— sí.
inclinándose más cerca, doyoung le acomodó unos mechoncitos de pelo, poniéndolos detrás de su oreja.
— ¿y si te doy unos besitos?
mashiho corrió la mirada, apretando los labios para no reírse.
— a veces me sorprende cómo podés decir tantas boludeces —le respondió—. ¿me dejas cocinar ahora?
— ¿me dejas darte un besito, entonces?
lo pensó, demasiado la verdad, pero terminó por asentir. no es como si se le fuera a pasar el enojo con unos besitos, su olla valía mucho más que eso.
