Capitulo 1

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La muchacha corria y corria a pesar de llevar un vestido azul claro hasta las rodillas y a ir descalza, mejor que ir con unas bailarinas. Los niños la perseguian, jugaban a su juego favorito que consistía en aguantar lo maximo posible sin que te alcancen. La joven era la mas veloz de entre los demas, siempre ganaba y por eso se permitia el lujo de lanzar alguna que otra carcajada de libertad y diversion. Los demas se pararon por lo que ella dedujo de que era hora de volver al refugio y que habia vuelto a ganar.

Se puso los zapatos y siguio al grupo. Iba a la zaga pensando distrida cuando vio un reflejo en un arbol, fue a mirar pero los demas se alejaban muy rapido, y nunca es muy agradable estar a solas sin armas en un bosque por la noche. Decepcionda se volvio y los siguio de nuevo estando mas atenta a su alrededor.

Cuando llegaron al refugio, que era asi como lo llamaban, pero mas bien era un grupo de tiendas de campaña al mas puro estilo indio, se sentaron alrededor del fuego junto a los mayores. Ella se sento junto a su abuela adoptiva que le conto que era huerfana y que la acogio como una hija. Era baja y regordeta con pelo canoso y arrugas en la cara que se marcaban al sonreir alrededor de los ojos, dandole un aspecto amigable.

-¿Que tal hija?

-Muy bien abuela, hemos pasado una agradable tarde jugando-respondio alegremente.

-Me alegro.

Y asi siguieron mirando el fuego hasta que llegaron los cazadores con su cena. Asaron las piezas al fuego y fuerom repartiendo la comida, como una gran familia.

Se contaron antiguas historias de una epoca donde las razas estaban separadas y no como ahora que de cada familia da igual que sean los padres, pueden salir de cualquier raza. Pero hay algunas preferencias como para los humanos tener elfos, hechiceros, magos, hombres lobo, ninfas, pero no pixies, trolls u ogros. Asi no hay discriminacion. Una vez la joven le pregunto a su abuela que era, porque a veces era dificil saber de que raza eras y ella le respondio que lo que quisiera. Desde entonces sigue confundida y no sabe que pensar.

La joven se iba a dormir a su tienda ya que estaba agotada pero una voz la detuvo.

-¿Ya te vas a dormir joyita?-le grito un joven poco mas que ella. Desde que ella le habia dejado no paraba de importunarla.

-No me llamo joyita, sino Theá- le replique friamente harta de sus ofensas pero sin alterarse mucho.

Dicho esto se metio en la tienda y se cambio de ropa dispuesta a dormir. Decidio que al dia siguiente iria al rio a darse un baño y se sumio en un sueño profundo.

Se desperto al amanecer, cogio sus ropas y se fue al rio. Cuando estuvo cerca no pudo evitar el no quedarse embobada con el paisaje. Con un cielo anaranjado, la hierba verde y brillante con alguna hoja, y los arboles con largas ramas colgando como si hiciesen una cupula en torno al rio, todo esto le daba un aspecto paradisiaco, y como no olvidar el rocio de por la mañana que brillaba como las claras aguas del rio.

Se desvistio y se metio poco a poco disfrutando de la magnifica sensacion del agua helada contra la piel. Se estremecio pero pronto se acostumbro y nado por el.

Al cabo de medio hora penso que ya era suficiente y que sino los del refugio se preocuparian por ella, especialmente su abuela, a los demas a ella le parecia que solo la aguantaban por su abuela.

Le costo salir del agua con lo bien que se estaba, pero cuando lo hizo se vistio lo mas rapido posible, por si habia alguien por los alrededores. Los rayos del sol le acariciaban el rostro y ella lo agradecia mientras caminaba de camino al refugio.

Por una esquina de su vision vio un brillo con lo que recordo lo que paso ayer y por eso fue a investigar. Salio del camino y fue andando con cuidado hacia el arbol lamentandose no haber traido un arma por si es un animal, por lo que cogio un tronco en una mano.Echo una ojeada por el arbol y se dio cuenta de un agujero del tamaño de un ojo. Con ambas manos hizo fuerza y abrio un agujero mas grande, del tamaño de una mano, pero como con eso seguia sin ver que habia dentro lo abrio mas todavia con ayuda del tronco. Con impaciencia y emocion practicamente se metio en el arbol, y casi se corta con una magnifica espada.

La miro con ambicion y respeto, ella siempre quiso tener una espada y por fin la tenia. Su abuela le decia que eso no es propio de una señorita y por eso no la dejaba, pero Theá no le dejara ver esta espada para poder aprender a manejarla. Parecia estar hecha de plata, pero lo mas probable es que estuviese hecha de algun tipo de metal muy resistente. La empuñadura parecia estar hecha del mismo material pero con algunas gemas incrustadas dandole un aire distinguido y antiguo. El filo tenia pinta de estar afilado y poder cortar con el mas leve esfuerzo, pero lo mas curioso de todo es que a lo largo de este habia una inscripcion que ponia:

Δικαιοσύνη

Theá leyo la inscripcion como pudo con sus pobres conocimientos de griego que poseia, Dikaiosýni. En algun lugar de su mente pudo traducirlo a su equivalente en su idioma:

Justicia

NaxlyemDonde viven las historias. Descúbrelo ahora