Capítulo 3

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A veces pienso que fui una bruja come gatos en otra vida, porque de no ser así no entiendo que karma estoy pagando.

- Cariño... no sabes cuánto estoy extrañándote.

- Eres un dolor en el culo Noah. ¿Es que no lo entiendes? ¿Acaso es que en vez de neuronas tienes sanguijuelas en la cabeza? Te dije que no quiero tener nada que ver contigo, así que hazme el favor de dejarme en paz e irte a tomar por culo.

- Solo escucha, hagamos algo... empecemos de nuevo, no pienso defraudarte esta vez lo digo completamente en serio, no sabes lo arrepentido y dolido que estoy por no haberte valorado en su momento. No era consciente de lo que tenía a mi lado hasta que terminé por perderlo, pero juro hacer que todo sea como antes. ¿Recuerdas como te hacía reír? ¿Lo felices que éramos juntos? -el seguía hablando y hablando rápida y desesperadamente y a mi me estaba empezando a doler la cabeza, quería gritarle todas las mierdas que me había hecho, como había sido el causante de ir apagando mi esencia lentamente con sus acciones, realmente deseaba gritarle todo eso y más, pero no quería arriesgarme a despertar a Leyla, así que hice uso de toda la paciencia que podía tener para poder tomar con tranquilidad la situación- Cariño, por favor...

- Noah para de humillarte, lo único que estás haciendo es darme vergüenza ajena. Ya no soy esa niña ingenua y enamorada que haría lo que le pidieras sin rechistar. Me canse de ti y de tus malos tratos, ahora estoy enfocada en otras cosas, no estoy para aguantar tonterías y mucho menos si son las tuyas.

- ¡CARIÑO! ¿POR QUÉ NO LO ENTIENDES? ¿POR QUÉ LO HACES TODO SIEMPRE TAN COMPLICADO? ¿NO VES QUE LO ESTOY INTENTANDO? -el empezó a gritarme y yo no pude evitar estremecerme, sentí ganas de llorar por la rabia y la decepción acumulada al recordar como en el pasado permitía que me gritara, como muchas veces deje que me humillara en público excusándose bajo que eran bromas y que yo era demasiado sensible y dramática, incluso recuerdo esa vez que iba borracho y me golpeó llamándome de puta por vestir una minifalda...pero ya no más, no iba a permitir que nadie, absolutamente nadie me tratara de menos haciéndome sentir como si yo tuviera el mismo valor que la basura- Sophie, cariño -él suspiro sonoramente como si estuviera intentando mantener la calma, la calma que yo ya no poseía ya que estaba a nada de llamar un taxi e ir a dejarlo como Caillou-.

- Escucha Noah...

- ¡NO, ESCUCHA TU! Reservaré una suite en el mejor hotel de Madrid, no te preocupes por los gastos, yo lo pagaré todo. Solo empaca tus cosas, iré a recogerte y arreglaremos toda esta jodida situación y lo haremos juntos.

- ¡MIRA CARA DE GALLO! ¡METETE TUS ÓRDENES POR DONDE TE QUEPAN, QUE YO NO TE VOY A OBEDECER UNA JODIDA MIERDA! ¡DEJA DE ACOSARME YA, TROZO DE EXCREMENTO DE CUERVO!

No esperé su respuesta ya que me importaba un pimiento y directamente corté la llamada y bloqueé su número.

Intenté hacer el intento de irme a dormir de nuevo pero el escuchar unos pasos corriendo hacia mi habitación me lo impidió haciendo que presenciara como la puerta de esta fue abierta abruptamente. Encendí la luz tan rápido como mi cuerpo reaccionó, dejando a la vista a una Leyla con el pelo desordenado, un cuchillo afilado en la mano y observando a todos lados como si esperara a que alguien saliera de alguna parte de la habitación.

Espera... ¡LLEVABA UN CUCHILLO JODIDAMENTE AFILADO EN LA MANO!

- Leyla, ¿por qué carajos llevas un cuchillo en la mano?

No pude evitar pensar en que ella fuese una psicópata de esas como las que salen en las películas de terror y viniese a asesinarme para usarme de sacrificio para poder invocar al gran demonio.

Ella debió ver el pánico en mi rostro por lo que rápidamente se apresuró a explicarse.

- Escuché gritos en tu habitación, pensé que alguien entró y estabas siendo atacada -murmura al darse cuenta de que nadie saldría de ningún lado-.

- Lo siento mucho por asustarte, en serio lo lamento Leyla. Créeme que no era mi intención -hice el intento de explicarme avergonzada por haberla despertado y asustado de esa manera, pero también debía admitir que estaba aliviada ya que no iba a ser usada como sacrificio-.

- No te preocupes, pero ¿por qué gritaste?

- E- esto...es que y-yo... -me provocaba vergüenza el contarle acerca de mi exnovio pero ya que le había despertado lo menos que podía hacer era darle una explicación- No es nada importante,  solo era el cabeza de avestruz de mi exnovio molestando.

Ella comenzó a reír y yo fruncí el entrecejo esperando a que compartiera conmigo el motivo de su risa.

- Lo siento Sophie, es que es la primera vez que escucho a alguien insultar de esa manera. Es una buena rara manera de insultar -me dijo entre carcajadas mientras tomaba asiento a mi lado en la cama-.

- Supongo que gracias.

- Respecto a tu exnovio, personalmente nunca he salido formalmente con alguien por lo que desconozco lo que es tener uno, pero supongo que debe de ser un gran idiota, todos los chicos lo son -ella suspira dándome una sonrisa suave- Si el cabeza de avestruz de tu exnovio te vuelve a molestar házmelo saber, así le podremos gritar entre las dos.

- Suena una idea de lo más estupenda -si antes dije que ella me agradaba ahora lo repito de nuevo completamente segura, es que hablar con Leyla resultaba muy reconfortante-.

- Lo sé y ahora a descansar que mañana nos espera nuestro primer grandioso día de instituto.

- Tienes razón, y me disculpo de nuevo por despertarte.

- Tranquila, no pasa nada. Buenas noches Sophie.

- Buenas noches Leyla.

Ella apagó la luz y se dirigió a su habitación, mientras que yo me acomodaba en la cama pretendiendo dormir. No sé en qué momento mis párpados comenzaron a pesar presos del cansancio haciendo que finalmente consiga quedarme dormida.

Caos, paz y amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora