˚ ༘✶ ⋆。˚005.

435 81 6
                                    

˚ ⁀➷

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

˚ ⁀➷

Dos días después del acontecimiento con el padre de Kyojuro; Sakura, Rengoku y Akane abandonaron la casa. El sol brillaba en el cielo despejado mientras el pequeño grupo caminaba por el sendero que los llevaría a la casa de los «Tokito». Sakura llevaba a la niña de la mano, mientras Rengoku se mantenía alerta, como siempre, observando los alrededores para asegurarse de que nada los dañara.

Avanzaron por un par de minutos, entonces, lograron ver la pequeña casa donde Sakura vivía con su familia. Los tres se dirigieron hacia la entrada, donde se encontraron con un hombre adulto esperándolos. Se trataba del padre de Sakura, quien al verlos les dedicó una amable sonrisa y les dio la bienvenida.

—¿Los demás están dentro? —preguntó Sakura.

—Sí. Tu madre no se sintió bien esta mañana y tus hermanos están cuidándola.

—¿Es grave?

—No te asustes. Solo debe ser un resfriado —dijo su padre con tranquilidad para luego fijar su mirada en la pequeña niña que se aferraba a las piernas de Sakura—. ¿Es ella?

—Sí. Su nombre es Akane.

—Es un gusto conocerte, Akane —saludó con amabilidad—. ¿Por qué no entran? Ya hemos preparado algunas cosas.

Sakura asintió mientras acariciaba con ternura la cabeza de Akane para así indicarle que todo estaría bien.

El pequeño grupo entró en la pequeña, pero acogedora casa. Fue entonces que dos pequeños niños que eran iguales en apariencia, pero diferente en personalidades, se hicieron presentes y miraron a la niña.

—Me alegro de verlos, Yuichiro y Muichiro —dijo Sakura al ver a sus pequeños hermanos—. Les presento a Akane. Ella se quedará con ustedes, así que sean amables con ella.

Los gemelos observaron a Akane mientras su hermana les explicaba brevemente la situación de la niña. Yuichiro, quien era el mayor por solo un minuto, miró de mala manera a los recién llegados y se alejó en silencio hasta el cuarto donde su madre descansaba. En cambio, Muichiro, observó a Akane con una sonrisa y una gentiliza en su mirada.

El pequeño niño se acercó a Akane, le extendió la mano con un gesto amable y preguntó:

—¿Te gustaría ir a jugar conmigo?

Akane miró a Muichiro con timidez, pero luego asintió y le tomó la mano para así seguirlo. Sakura y Rengoku sonrieron al sentir que ambos se llevarían bien.

—Gracias por recibirla, padre —dijo Sakura—. No sabíamos a donde más llevarla.

—No tienes nada de que agradecer, hija —dijo su padre con una sonrisa—. Para nosotros es encantador tener otra compañía en la casa.

Sakura asintió y miró a Rengoku, quien se encontraba a su lado observando las flores que había sobre una pequeña mesa de madera.

—¿Te gustan?

—¿Uh? Ah, sí —dijo Kyojuro con una pequeña sonrisa sin dejar de observar las flores que tenían un toque anaranjado y rojizo—. Estas flores eran las favoritas de mi madre. Ella decía que su color le hacía recordar a nosotros.

Sakura observó las flores y no pudo evitar sonreír mientras se acercaba, toma una de las flores y la acercaba al cabello de Rengoku.

—Tiene razón —dijo Sakura con una sonrisa—. Desde ahora, estas flores me recordarán a ti.

Kyojuro se quedó en silencio mientras sentía como Sakura tocaba con suavidad su cabello y le colocaba la flor. El chico la observó fijamente cuando ella se alejó, sintiendo una agradable y extraña sensación en su pecho cuando la vio sonreír.

—¿Te quedarás a dormir? Puedo arreglar un lugar para ti —dijo el padre de Sakura, quien sin percatarse había roto la pequeña atmosfera que Kyojuro y Sakura habían formado.

—¿Uh? ¡Oh, no, no! —exclamó Rengoku cuando se percató de que le hablaban a él—. Agradezco la invitación, pero debo de regresar. Mi hermano está en casa y no quisiera que sintiera solo.

El padre de Sakura asintió y continuó organizando algunas cosas para que Akane se sintiera cómoda en la casa. Mientras tanto, Sakura acompañó a Rengoku a la salida para que así este pudiera ver a Akane y despedirse de ella, pues tal vez pasaría un tiempo hasta que ambos volvieran a verse.

Akane no tardó en acercarse a los jóvenes cazadores cuando los vio salir de la casa. Rengoku se inclinó frente a ella y le sonrió con ternura. Akane no tardó en abrazar con fuerza a Rengoku cuando escuchó que se marchaba.

Aunque apenas lo conocía, sentía una conexión especial con él, quizá porque ambos habían perdido a un familiar importante y comprendía el dolor que eso implicaba.

—Tal vez no pase mucho tiempo en casa, pero sé que mi familia la cuidará bien —dijo Sakura cuando Akane se fue de regreso con Muichiro para así darle un momento a solas a los jóvenes cazadores—. Así que, Rengoku, no te preocupes.

—Confío en que así será —dijo Kyojuro mientras formaba una amable sonrisa—. El tiempo que pasé contigo me hizo ver que eres una amable persona, por lo que no dudo que tu familia es igual.

Sakura sintió una agradable sensación en su pecho cuando vio la mirada cálida de Kyojuro, pero esa sensación se esfumó por completo cuando él le ha dicho que se iría.

Cuando Rengoku finalmente se despidió de Akane y Sakura, emprendió su camino de regreso a su hogar. Y mientras caminaba, Kyojuro no pudo evitar pensar en Sakura y en la flor que ella le había colocado en el cabello, la cual le hizo recordar esa cálida sensación en su pecho cuando la vio sonreír.

∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙

∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
SPRING; Rengoku Kyojuro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora