PRÓLOGO

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Ha pasado 1 año desde mi intento de suicidio y hoy estoy esperando a que salga el autobús en dirección a Morelia,va a ser un gran cambio del D.F. a algún lugar de Morelia.
Viviré con mi padre y su esposa,la señorita Vega(mi loquera)cree que sera un buen cambio,sus palabras retumban en mi cabeza:

"Los grandes cambio siempre vienen acompañados de una fuerte sacudida,no es el fin del mundo,es el inicio de uno nuevo..."

Y tiene razón,en Morelia tengo la oportunidad de empezar de nuevo,de vivir una vida alejada de lo que me hace daño,pero tampoco me puedo engañar,las ganas de abandonar esta vida siguen vigentes,la diferencia es que ahora tengo el control y soy consciente de las personas a las que afectaría y las promesas a las que fallaria.

Han pasado 3 horas mas o menos desde que salí del D.F.,y comienzo a ver el paisaje verde,es hermoso,la ultima vez que estuve en Morelia fue cuando tenía como 6 años y me la pasaba correteando conejos. Deje de ir por que Laura decía que me comportaba como "una niña salvaje y ese no era el comportamiento de una dama", aun así lo salvaje no se me quito.
—Mira mamá,que bonito—le dice una niña a su madre,yo veo el lugar al que su pequeño dedo señala—si,es muy bonito,esas son unas lagunas,en cuanto tengamos tiempo te llevare y...—dejo de escuchar para observar las lagunas,por alguna razón extraña las veo hermosas y aterradoras al mismo tiempo,un escalofrío recorre mi cuerpo y prefiero  mirar hacia otro lado,hacia el paisaje verde.

Leonardo (mi padre)me ha mandado un mensaje diciendo que ya me esperan en la central de autobús y que están ansiosos por mi llegada.
Bajo del autobús y espero a que me den mi maleta la cual esta dentro de un compartimento en el interior de este y camino hacia la salida,a la primer persona que veo es a mi abuela y corro para abrazarla y después abrazo a mi padre quien esta vestido de traje a su lado esta una mujer alta,delgada de piel blanca y cabello lacio de color castaño.
—Ella es Adela,mi esposa—me dice Leonardo.
—bienvenida muñeca,ya ansiaba conocerte—y me dio un fuerte abrazo,un abrazo que sentí maternal.
Mientras subíamos las cosas al carro no paraba de decirme:

"Nueva vida,nuevo comienzo".


Rosas de Acero.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora