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A las 8:17 le llegó un mensaje, apenas tomo el teléfono noto que era de Gojo Saturó, su "dolor de cabeza" favorito.

— Papiguro, ¿Estás sólo? Pensé que podía ir a hacerte compañía está noche. — Leyendo el mensaje en su mente sonaba ese tono dulcemente seductor que tenía Satoru cuando quería algo de él. No obstante, recordando el clima miro a la ventana por un minuto antes de responder.

— Lo estoy, pero dentro de poco nevara. ¿Estás seguro de poder venir entonces? — 3 minutos fue lo que le tomo al albino tras la pantalla responderle.

— La nieve no me molesta, al contrario, me ayudara mucho a entrar en calor. — Le respondió.

— Te quiero aquí antes de la 9 entonces.

Y a la final, nunca hubo ninguna nevada, lo más cercano siendo un aire frío que durante la noche se sintió bastante seguido.

— Gracias por recidirme. — Toji no aparto la miraba de él desde el momento que entró a su casa, quedando fascinado cuando al quitarse la chaqueta que traía una camisa compuesta por hilos de encajé era lo que llevada puesto, su piel blanca era muy visible debajo de la tela.

Toji no visimulo cuando empezó a comerlo con la miraba. Parecía haberse arreglado para ir por su cuenta directo a sus fauses, eso le encantaba de Gojo, directo a lo que quería.

— Te ves hermoso. — Rodeando su cintura con su brazo beso su rostro, un pequeño camino de besos hasta su cuello.

— Me encanta que lo pienses, la ropa interior la tengo a juego.

— Eso lo tengo que ver. — Sus labios se curvearon en una sonrisa lujuriosa. Llevándo su mano bajo el pantalón de Satoru. Este no perdió el tiempo, y rodeo el cuello del mayor para besarlo, lentamente. — ¿Comemos algo y ya cenaste?

— Ya cene, si tú aún no, te espero en el cuarto, quiero con toda tu energía.

— No creo que sea necesario. — Y dicho esto, Gojo lo tomo desprevenido agarrando debajo de su camisa hasta quitarla.

Nuevamente se besaron, un beso bastante perezoso que era suficiente para que sus erecciones despiertes, duras y firmes sabiendo que el preámbulo en el que se encontraban, parados en esa sala.

Satoru le quitó los pantalones a su amante una vez en cama, quedando con el rostro frente a su gran compañero una ves termino bajando la ropa interior, él cuál, saludo con una generosa lamida, subiendo hasta chupar el cuello de Toji.

— Me gusta como te arreglaste hoy para mí. — Sus 2 manos se estamparon en el trasero del albino, tenía ganas de arrancar sus pantalones a la fuerza, pero era más considerado que solo eso. Lo que, es que deseaba ver esa ropa que seguro tendría.

— Tuve un día largo, quería si menos pasarla bien contigo para compensarlo. — Su dedo jugo en su pectoral, su expresión era muy inocente para la situación en la que estaba.

— Bueno. — Ya viéndolo desnudo estaba entrando en un éxtasis visual, Satoru no podrá parecer el más fuerte pero su cuerpo era bien definido en cuanto a músculos, por lo que, ver todo ese encaje abordando su cuerpo se volvió en un placer casi fetichista. — Pequeña y hermosa zorra. ¿Así te vestiste para mí? Me encanta tanto lo que veo.

Complicido, Satoru tomó su mentón callandolo con un beso.

— Te vas a quedar así vestido toda la noche, ¿Me escuchaste? Aprovecharé bien ese encaje. — La parte de sus nalgas estaba abierta, el encaje no cubría nada.

— A tus órdenes.

Sin posponer lo inevitable Satoru se acostó boca arriba en la cama, teniendo a un hombre sexualmente hambriento chupando su piel, a boca abierta tomada grandes porciones, besando de forma que dejaría marca. Por lo que veía, esa noche Toji sería totalmente dominante con él, quería comerlo sin algún tipo de cuartel.  Cuando se dió cuenta estaba boca abajo con la cabeza de su amante entre sus nalgas tras haberlas separado lo suficiente, practicando un beso negro.

— ¡Oh Papi! — Deteniendo sus gemidos lentos, eso casi lo grito a los 4 vientos, de un golpe Toji le había penetrado, tomando el encaje a sus espaldas, jalando de allí con fuerza, sosteniendo su cintura con su otra mano. Ya estaba muy acostumbrado a él por lo que dolor como tal no sintió, pero él estaba tan botado, que un golpe casi que en seco lo hizo temblar de pies a cabeza. No haciendo más que gemir su nombre a cada penetración que le regalaba.

El reloj marcaba las 11:49 y Satoru reposaba el rostro en el pecho de Toji, este le acariciaba la espalda.

— Lamento si me excide. — "exceder" era un simple eufemismo, la ropa de encaje que tanto había amado quedó hecha girones, bastante rota inclusive.

— Buscaré una nueva si eso te preocupa, no te preocupes. Fue una buena noche.

— Permite ayudarte a elegirla entonces.

Kinktoker 2023 TojiGo Versión.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora