Mientras su mano derecha era sostenida con fuerza en el aire, otra mano se encargaba de dilatar su cuerpo. 2 gruesos dedos adornando la llanura de sus nalgas, abriéndolas hasta lo profundo.
— Me preguntó que pensaran del rey de los chamanes ai lo vieran así. — Su voz sexy en su oreja, cuestionando lo obvio aumentó el calor de su ya de por sí exitado cuerpo. Mirando más a detalle su reflejo frente al espejo. Bajando a la poderosa erección del hombre que lo sostenía, rozando su muslo. Y al ver que su ojos lo notaron, Toji movió su cabera para que la piel caliente de su pene sea estimulada en su muslo. Poco convencional pero muy placentero.
— Tal vez sientan envidia por ti. Eres considero la basura de tu clan, y terminaste teniendo a un hombre de elite como yo, como tu perra personal. — Apoyando su rostro en su cuello respondió. Dejándose caer en su piel mientras las manos de Toji hacían su tarea dentro de él.
El contrario sonrió satisfecho y orgulloso, besando la sien del albino. Frente al espejo Gojo se veía indefenso y a su merced, siendo un extra a su ego que estaba usando solo sus dedos para tenerlo así. Casi ocultó en su cuerpo ya que a comparación de él, Satoru se veía delgado.
Estaba agradeciendo haber aceptado la idea del espejo.
Satoru Gojo era un hombre que tenía 2 modos. Uno donde podía sentirse el ser más poderoso y fuerte pisando la faz de la tierra y el otro dónde se sentía como un ser pequeño necesitado de unos fuertes brazos a su alrededor. Por más contradictorio que pudiera parecer en él primer pensamiento.
Era el chamán más fuerte pero seguía siendo humano. Aunque lo segundo podría parecer la cosa más difícil de conseguir ya que Satoru era un hombre alto, con una buena, pero muy buena musculatura que lamentable era ocultada en su uniforme, sorprendiendo a quien lo vea pues era normal asumirlo como un flaquito. Por lo cuál, era casi imposible creer que alguien lo pudiera hacer sentir como un ser pequeño. Tendría que ser una persona con un físico irreal, allí entraba Toji cuyo físico era sorprendente tanto de lejos como de cerca.
Razón del porque está noche pidió usar un espejo como juego, lo cual Toji al principio no entendió pero no pudo negarse por llano mordo de ver de forma un poco más directa cómo su hermosos glúteos blancos eran separados por su virilidad.
Aún no llegaban a ese momento del sexo y ya estaba enteramente complacido. Moviendo la cabeza del albino para besarlo, un beso que terminó de destapar ese deseo que tenían.
La primera vez que Gojo pudo verlo de cerca, desnudo, teniendo una sonrisa segura, una expresión de deseo, Satoru se sintió encantado. Tocando esos firmes pectorales. Y por primera vez sintiéndose pequeño. Fue como si toda su confianza, orgullo y altanería se esfumara para dejar a su lado más humano y libidinoso salieran a flote, dejándose en manos del mayor al primer beso bado. Hecho que se ha mantenido hasta el día de hoy cada momento en los que están juntos, aunque existían momentos en los que a Satoru le gustaba mandar y poner a Toji a morder la almohada.
En ese momento la alarma sonaba, logrando que ambos hombres poco a poco empiecen a despertar, siendo el primero en pararse de la cama, Toji. Ignorando el desastre que tenían, o más bien, habían dejado sobre la cama en su inconsciencia.
Satoru se había escapado la noche anterior de una misión, había vagado en pensamientos hasta llamar a Toji quien aceptó recibirlo en su departamento. Mirando por el rabillo del ojo a dónde su pareja estaba. Sonriendo de medio lado. En su mente fresca la sensación de tenerlo encima de el, luego tenerlo como su almohada personal. Cubriéndolo bastante buen.
— Papiguro. — En un gemido llamo la atención del contrario. Eso apodo le encantaba. Parándose lentamente junto a él hasta abrazarlo por la espalda. — Gracias por recibirme. Anoche terminaba de salir de algo muy aburrida pará mi gusto, así que tu compañía sonó mejor que eso. Y fue mucho mejor. — Su cabeza se acurrucó contra su cuello.
— Por el tono en que lo dices no me suena muy inocente de tu parte. Espero no me metas en problemas después.
— ¿Desde cuándo conozco la inocencia? — Dejo la pregunta al aire, en tomo de broma. — Y es que no encuentro una razón del porqué me fue encomendado eso más allá de vigilar a unos alumnos. Que por cierto, no me necesitaban. Puedes estar tranquilo que nuestros encuentros no te molestarán. — Bostezo. — Aunque, aún está en pie la idea de que vengas a vivir conmigo.
— Ya te lo dije en su momento. Quiero ya vivir lejos de la brujería. Ya Megumi está en manos correctas que es lo que me importa, de resto, ya te agradecí por ofrecerme una segunda oportunidad y confianza en su momento.
— Lo sé. Lo sé. — Rio. Besando el cuello del contrario. — Quisiera tenerte más rato conmigo, eres tan delicioso.
— ¿Solo por eso? Vaya, no eres el primero así pero si él más descarado al admitirlo.
— No. No es solo por eso. — Río por lo bajo. Besando los labios de Toji unos segundos. — Creeme que muchos ahnelan estar en tu lugar, pero es solo tuyo.
— Mejor no hablemos de eso. Tienes trabajo que atender después de todo.
— Déjame ponerme cariñoso Papiguro. — Reclamo. Soltandolo tras unos segundos. Frente a frente eran de alturas muy parecidas. Toji paso de largo, buscando tomar un baño antes de irse. Satoru hizo lo mismo y busco su ropa, de ser por él estarían en un esto mañanero pero no quería meter en problemas en Toji. Espero para poder despedirse de él.
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Lamento la tardanza. Espero tener el siguiente para esta noche, esto se me está complicado un poco más de lo debido.
Cambiando de tema, quiero preguntar. ¿Les molesta si pongo un trío con Nanami en algún capítulo posterior? Perdon, pero la escena de nanami en el último capítulo me dejó tan prendido que no pude evitar imaginar eso.
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Kinktoker 2023 TojiGo Versión.
Fanficreto originalmente organizado por la página Esdefanfic, actualmente perteneciente a la página We love Draco Top, al cuál participó con éste Ship tan controversial que creo merece más atención.