Disclaimer: Los personajes de Good Omens no me pertenecen, sino a Neil Gaiman y Terry Pratchett, a la BBC y Amazon. Este fanfic lo hice solo y únicamente como diversión.
Personajes: Crowley/Aziraphale, Crowley/OC
Aclaraciones y advertencia: Angustia, intento de suicidio, romance, depresión y lo que se me ocurra con la marcha
Beta Reader:
Resumen: Aziraphale se fue, ¿queda para Crowley?
—f
OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO
Y si te digo adiós...
Capítulo 3.- Firma de libros
Crowley se dejó caer en SU cama; de alguna u otra manera la habitación de invitados se convirtió en la suya. AJ y él llevaban alrededor de tres meses de conocerse; el demonio se había mudado del todo apenas una semana atrás cuando se percató que la mayoría de sus cosas ya invadían el piso. Sí el humano se percató, jamás lo mencionó.
Se arrellanó en la cama, siseando mientras meditaba entre quedarse en la cama o ir al sillón reclinable que contaba con calefacción y del que Crowley se había apoderado. Aquel mueble le había pertenecido al ex de AJ y solo se adueñó de el para no darle malos recuerdos a su amigo.
Al final, decidió moverse al sillón y disfrutar del sol que entraba por la ventana; se estaba quedando dormido cuando el molesto timbre comenzó a sonar. Gruñó. AJ había salido desde temprano para visitar a su terapeuta y realizar las compras por lo que no existía esperanzas de que él abriera.
Se acomodó mejor, aguardando que el idiota que perturbaba su descanso se largara, pero eso no sucedió. Molesto, se levantó dispuesto a gritarle al idiota que no lo dejaba descansar; tomó sus lentes y abrió la puerta, una despampanante mujer de exuberante pecho le miraba con una mezcla de molestia y confusión; usaba un vestido ajustado con solapa y manga larga que le llegaba un poco mas arriba de las rodillas de color negro; era elegante, Crowley lo admitía; era el tipo de ropa que se esperaría de una alta ejecutiva o alguien con poder. Llevaba al hombro un bolso tipo portafolios de piel que pertenecía a una marca cara.
—Hola —dijo la mujer. La voz de la humana era lo que se esperaría de una actriz de talla mundial: dulce y angelical, lo que ciertamente combinaba perfectamente con su perfecto rostro. —Busco a Ángel —Crowley se sentía extraño por la declaración.
—No está... —intentó cerrarle la puerta, pero ella se lo impidió ingresando como si la casa le perteneciera.
—Lo esperaré —se sentó en el sofá, de su bolso sacó un portátil y comenzó a trabajar. El demonio la miró con el ceño fruncido tratando de no sacarla a la fuerza. —Se bueno y tráeme un poco de té
—¿Quién demoniossss eresss? —siseó molesto, ¿quién cielos se creía esa humana para darle órdenes? Quería sacarla a patadas o darle un pase directo al infierno.
La mujer lo miró crítica, como si lo estuviera menos preciando.
—Soy Ailsa Miracle —un nombre relacionado a un volcán y un apellido que significaba oscuridad; vaya combinación —. Soy la agende de Ángel. Vine para recordarle que la firma de libros será el lunes y que no se le ocurra escapar o tendré que tomar medidas.
Crowley levantó una ceja y se cruzó de brazos. Con cada minuto que pasaba le desagradaba más, pero al mismo tiempo comenzaba a caerle bien. Algo le decía que esa humana sería un excelente demonio.
—Y bien, ¿dónde está ese inútil de Christian? —cuestionó sin despegar la vista de su portátil. Por supuesto que Crowley no entendió de a quien se refería. —El novio de Ángel.
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Y si te digo adiós...
ФанфикAziraphale se fue, ¿queda para Crowley? Si alguien preguntaba, Crowley no era un hombre, ángel o demonio que tuviera apego a las cosas; siendo un ser inmortal, todo aquello de lo que se encariñara, tarde o temprano iba a dejarlo, ya había sufrido en...