Y si te digo adiós...

Dos tontos

Disclaimer: Los personajes de Good Omens no me pertenecen, sino a Neil Gaiman y Terry Pratchett, a la BBC y Amazon. Este fanfic lo hice solo y únicamente como diversión.

Personajes: Crowley/Aziraphale, Crowley/OC

Aclaraciones y advertencia: Angustia, intento de suicidio, romance, depresión y lo que se me ocurra con la marcha

Beta Reader:

Resumen: Aziraphale se fue, ¿queda para Crowley?

—f

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Y si te digo adiós...

Capítulo 1.- Dos tontos

Si alguien preguntaba, Crowley no era un hombre, ángel o demonio que tuviera apego a las cosas; siendo un ser inmortal, todo aquello de lo que se encariñara, tarde o temprano iba a dejarlo, ya había sufrido en muchas ocasiones la perdida de seres que quiso..., niños con los que jugó y no pudo salvar durante el diluvio, la esclava que fue abusada y murió desangrada en el camino, el dulce joven que fue ejecutado solo por amar... Warlock...

Tantas personas que quiso, todos lo dejaron en algún momento. Solo hubo una constante en su vida, una que creyó inocentemente que jamás lo dejaría. Aziraphale, el principado del que se enamoró desde que se reencontraron en los muros del Edén, el único que lo acompañó en su solitario camino de 6 mil años, el ser a quien le había dado su corazón y que le daría todo su ser si así se lo pidiera.

Pero también lo abandonó...

Lo abandonó por ser un demonio, porque era malo...

Lo abandonó por ser un pecador...

Lo dejó por obligar a los humanos a pecar por primera vez...

Por supuesto que lo entendía, él, un demonio, era... malo...

Te perdono...

Arrojó la botella vacía contra la pared. Era la décima en menos de una hora, pero el alcohol no parecía adormecerlo lo suficiente para no sentir dolor.

Ustedes son los malos...

... Te perdono...

Estaba roto, Aziraphale pudo hacer lo que ni la caída, su tiempo en el infierno o cualquier otro en su vida había logrado, lo destruyó con simples palabras y era su culpa por darle tal poder.

Ahora estaba ahí, solo, con el corazón y el alma rota.

Observó el termo en la mesa, tan inocente, ¿quién pensaría que ocultaba algo tan mortal? Y es que Crowley había conseguido agua bendita después de lo sucedido en el no Armagedón.

Acarició el recipiente casi con adoración.

Solo necesitaba abrirla, un poco de dolor y terminaría todo, pero...

No podía hacerlo...

Ustedes son los malos

Te perdono

A pesar de todo el dolor y sufrimiento, no podía hacerlo. No podía hacerle eso a Aziraphale...

Cerró los ojos. Tal vez era mejor salir y tomar un poco de aire. No va en auto, camina, no le importa la dirección solo quiere alejarse de sus propios demonios y eso lo hace reír con ironía.

Era de madrugada cuando llegó al puente y entonces lo vio, por un momento creyó que era Aziraphale, pero lo descartó tan pronto la idea cruzó por su mente; era un hombre... suave como su ángel, pero ahí terminaba el parecido; el humano era de cabellera oscura y ostentaba una barba descuidada. Se había subido al barandal del puente y parecía dispuesto a lanzarse.