Capítulo 6.- Quiero vivir otra vez

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Disclaimer: Los personajes de Good Omens no me pertenecen, sino a Neil Gaiman y Terry Pratchett, a la BBC y Amazon. Este fanfic lo hice solo y únicamente como diversión.

Personajes: Crowley/Aziraphale, Crowley/OC

Aclaraciones y advertencia: Angustia, intento de suicidio, romance, depresión y lo que se me ocurra con la marcha

Beta Reader:

Resumen: Aziraphale se fue, ¿queda para Crowley?

—f

OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO

Y si te digo adiós...

Capítulo 6.- Quiero vivir otra vez

Crowley salió de su habitación; era más de media noche, pero él tenía deseos de beber esa botella de tequila que Juana le dio y que "milagrosamente", no fue descubierta en el aeropuerto.

Encontró a AJ desparramado en el sofá, con el portátil a medio caer de su regazo; inmediatamente, Crowley se apresuró a tomarlo para dejarlo en la mesa de café. Buscó una manta y lo cubrió.

En la oscuridad de la habitación, el demonio se permitió un momento para completar al durmiente. Era apuesto, con ese rostro redondo y pómulos altos que habían estado ocultos tras una barba pero que ahora se mostraban orgullosos, unos labios que, igual que un pecado invitaban a ser probados.

Rozó delicadamente desde la nariz hasta los labios; acarició sus mejillas. Tan absorto estaba en su labor, que no se percató cuando aquellos hermosos ojos avellana lo observaban.

—¿Crowley?, ¿qué pasa? —preguntó somnoliento. Se incorporó perezosamente —. ¿Qué hora es?

—Tarde —el humano asintió murmurando algo inentendible. Se talló los ojos para tratar de disipar los últimos vestigios del sueño.

El demonio se sentó junto AJ que terminó apoyando la cabeza en el hombro de su amigo; suspiró. Sus manos se entrelazaron.

Crowley se distrajo acariciando el dorso de la mano de AJ, quien se apoyó más en él. Desde que regresaron de México, su relación parecía haber pasado a otro nivel; roces de manos, caricias aquí y allá, e incluso besos inocentes muy cerca de la comisura de la boca.

AJ luchaba contra el sueño. Nunca había sido muy madrugador y, de hecho, le costaba despertar. Crowley no se resistió y besó la cabeza del humano.

—Eres tan bueno conmigo... por eso te amo tanto... —ok, eso no era algo que Crowley se esperara, miró a AJ que ya se había vuelto a dormir.

El demonio se mantuvo en silencio por un momento. Quería saber. Necesitaba saber si AJ en verdad sentía algo por él mas allá de una simple amistad o cariño fraternal.

Mantuvo su mirada fija en el humano. Se mantuvo en vela hasta que los primeros rayos de sol se colaron en el departamento. Cuando AJ por fin se despertó, compartieron una sonrisa.

—Me encantaría despertar así todos los días —susurró por culpa de los últimos vestigios de sueño. Eso fue todo, Crowley le besó

Había sido espontaneo, tan solo un roce, pero provocó en ambos una sensación de sosiego que no habían sentido en mucho tiempo.

—Creo que deberíamos hablar —Crowley lo miró con miedo. Intentó alejarse, pero AJ se lo impidió —. No me mal interpretes. Me gustas y no solo lo digo como amigo, me gustas románticamente.

Por supuesto que a él también le gustaba de esa manera. ¿Cómo no hacerlo? AJ era amable, pero también un cabronazo cuando quería, era ordenado y un caos con pies al mismo tiempo. Siempre parecía saber cuando algo le molestaba y no dudaba en preguntarle sobre sus sentimientos. Siempre tratando de hacerle saber que era valioso y que el ser demonio no lo hacía menos que un ángel o un humano.

Y si te digo adiós...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora