En medio de la nada, cielo y tierra de color blanco, un niño pelirrojo se despierta con lagunas en su memoria. Un hombre lo encuentra y le tiende la mano para sacarlo de una eminente muerte en soledad. Con un camino y gran mundo por recorrer, aquel...
Con su siempre molesto cacareo, el gallo dictó el inicio de un nuevo día junto a la salida del sol desde las grandes montañas. Con su resplandeciente luz, el pasto verde fue tomando un hermoso brillo con el cual un joven adulto blanco, alto y de cabello grisáceo, toma sus anteojos y se levanta de su cama para comenzar su nuevo día.
Luego de ducharse y desayunar con su esposa Lina y su hijo Junior, iQuito sale de su humilde hogar para continuar con su investigación. Caminando por las colinas de su alrededor, sin cansarse del bello paisaje, sacó su libreta y continuó con su rutinaria recolección de datos, vio a lo lejos una flor de color rosa pastel, igual a la camisa que viste su hijo ese mismo día, que de casualidad estaba cerca de iQuito, Junior aprovechó la ocasión y le dijo...
Junior: Cada día haces lo mismo, ¿no te aburres de mirar y escribir sobre este lugar vacío?
Conociendo el típico tono indiferente de su hijo, iQuito se encoge de hombros y con leve sonrisa le responde:
iQuito: Aunque es verdad que por momentos termino cansando de hacer esto, recuerda lo que te voy a decir, te aseguró que será vital tenerlo en cuenta... -dijo dándose la vuelta y viendo de frente a Junior para seguidamente acercarse a él.
Ante estas primeras palabras, Junior se desconcierta un poco, pero mantiene su postura contestando con un simple y seco "Hmm...", mientras que iQuito pone su mano en el hombro de Junior y con su otra mano apunta al corazón de su hijo, toca el pecho de él y le dice.
iQuito: Los puños dejan moretones, las espadas dejan cortes, hasta las palabras pueden marcarte, pero lo que siempre será más determinante de aquí hasta el fin de los tiempos, es nada más y menos que la información.
Junior: ¿La... información? –preguntó con leve incredulidad.
iQuito: ¡Así es! La información es la que te da las ventajas más claras, el saber de un lugar en específico y aprovechar todo sus recursos, conocer las desventajas de un enemigo y poder explotarlas o el simplemente saber sobre lo que te rodea te pone por delante del resto a la hora de pensar como un estratega, yo sé que tú eres muy listo, por ello confió en que tu entenderás la importancia de la información tarde o temprano –finalizó retirando sus manos y volviendo a agarrar su libreta y lápiz.
Junior: ... ¡Hmph! Como tú digas, iré a la cima de la colina a practicar con Late y Josh.... –mete sus manos en los bolsillos de su pantalón y camina directo hacia a la alta colina- y... -frena un momento para decir unas ultimas palabras- tal vez le eche un ojo a las piedras de allá arriba, no se sabe que puedan tener debajo.
iQuito: Hee... -yéndose a unas cuevas cercanas, vuelve a su lento caminar y cerrando brevemente sus ojos, menciona en su mente felizmente- El futuro que tienes por delante es muy grande Junior...
Unas horas después, siendo las 12 de la tarde, con iQuito habiendo terminado su investigación diaria y con Junior en casa luego de pasar el tiempo con sus amigos, los dos junto con Lina se sientan en el comedor para almorzar en familia. Los tres estaban en paz, conversando agradablemente, compartiéndose anécdotas graciosas y hablando sobre lo que harán mañana y en el futuro... pero en medio de esa cálida cena familiar, de repente, Junior, que aún tiene en su mano el tenedor lleno del pollo que preparó su madre y no ha comido, sudó frio por un instante.
iQuito: Algo... está a punto de suceder –pensó inquieto, con las pupilas de sus ojos dilatándose.
Una sensación extraña empezó a invadir a iQuito, como si algo se aproximara... ¡Y estaba en lo cierto! Una luz morada-violeta emergió de la nada, "consumiendo" todo lo que había a su paso, Lina gritó aterrada, ya que la luz extraña cegaba a todos por igual, iQuito se mantuvo firme y agarró las manos de los dos para calmarlos, por otro lado, Junior, quien trató de guardar la calma, no pudo aguantar más y rompió en desesperación...
En medio de ese triángulo de angustioso desconcierto, la luz cegó todo y se llevó todo consigo, tiñéndolo de blanco puro.
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Tirado sobre el polvoroso y seco suelo del desierto, un niño aparece en medio de la nada, su boca esta reseca, su cuerpo adolorido y solamente usando una manta agujerada como llena de suciedad, trata de levantarse para mirar a su alrededor, siendo lo único que puede llegar a ver es blancura pura y dura.
Rocas blancas, tierra blanca, un cielo blanco, y una lagartija verde pálida estando boca arriba, la cual seguramente fue la que hizo el curioso sonido que despertó a este niño completamente desorientado que en su mente pensó.
Niño: Todo... lo que veo es blanco, no veo nada a lo lejos, ¿Co-cómo acabe aquí? ¡¿Por qué no puedo recordar nada?! –fuerza su cerebro para recuperar sus memorias perdidas- ¡Ahhh! ¡AHH! –revolcándose con frustración en el suelo, se rasca con ambas manos su cabeza.
El movimiento desesperado de este niño parecía no dar resultados, ¡pero logró recordar algo!, aunque solo recuperó tres imágenes borrosa...
La figura de una mujer joven, dos niños pequeños y también, a un gran hombre con una presencia intimidante, esta última imagen asustó tanto al niño que gritó levemente, el terror lo congeló, y solo se dignó a ver el cielo blanco mientras sus ojos se cerraban lentamente, mientras esto pasaba, poco a poco vio una figura negra acercarse a él, gritándole algo, pero a ese punto el niño ya no respondía y solo se volvió a quedar dormido...
