Sanctified || LewandowskiGavi

5

Robert condujo por las tranquilas calles nocturnas.

Antes de Gavi, la última vez que besó a un chico fue cuando tenía más o menos su edad. La adolescencia fue una época de experimentación. En aquel entonces había hecho algunas cosas con algunos compañeros pero no era nada grave. A esa edad, cualquier cosa o cualquiera podía excitarte.

No significaba que fuera gay. A él siempre le gustaron las mujeres. Se casó con una hermosa y la amaba, eso no se podía negar.

Sin embargo, ¿por qué había besado a su compañero de equipo de dieciocho años y había llegado a algún tipo de acuerdo para continuar? Fue pura locura.

Lo más importante en su mente era que quería besar a Gavi otra vez. ¿Era esto algo que podrían continuar en secreto? ¿O la pregunta realmente era si valía la pena continuar?

Cuanto más se acercaba a casa, más dudas le asaltaban. No podía arriesgar su relación con su esposa y su familia por alguna maldita aventura con un niño que no podía aceptar un no por respuesta. Tenía que decirle a Gavi de inmediato que había sido un error. Sí, Gavi lo odiaría por el resto de la temporada, pero eso era algo que ambos tendrían que superar.

Entró en el camino de entrada, estacionó el auto y miró fijamente la pared del garaje. Robert tenía que dar ese primer paso para terminar formalmente las cosas con Gavi antes de que se volviera más complicado. Tenía que hacerse ahora. Sacó su teléfono y estaba a punto de enviarle un mensaje de texto cuando vio un mensaje de texto de su esposa.

‘Klara se niega a irse a dormir a menos que le cuentes un cuento antes de dormir. Volverás pronto a casa, ¿verdad?’

‘Acabo de llegar ’ Respondió.

Suspiró y guardó su teléfono. Tendría que encontrar tiempo para escribirle a Gavi después de que todos estuvieran dormidos.

(…)

Después de continuar con el cuento de una princesa de la Copa del Mundo antes de dormir, Robert finalmente se retiró a su dormitorio con su esposa Anna. Ella estaba acostada en la cama, esperándolo pacientemente. Dejó su teléfono en la mesa de noche para poder acceder a él más tarde.

—Traté de continuar la historia que empezaste.— Dijo Anna.— Pero Klara se quejó de que todo lo que yo decía no tenía sentido. No sé de dónde sacas tu imaginación.

Robert se metió en la cama junto a ella.

—Soy natural.— Dijo. Estiró la mano para apagar la lámpara de la mesita de noche antes de acomodarse. Se alegró de que fuera lo suficientemente tarde como para no tener que enfrentarla hasta la mañana. Estaba a punto de darle un beso de buenas noches cuando ella habló.

—Gavi es muy dulce. Las chicas lo aman.

Robert se echó hacia atrás. De lo último que quería hablar era de Gavi. Estaba agradecido por estar cubierto de oscuridad para que Anna no viera su expresión culpable.

—Él realmente te admira mucho.— Continuó.— Es adorable. Fue un bonito gesto de tu parte.

Dio un suspiro silencioso y no dijo nada.

Anna se acurrucó a su lado.

—Tal vez la próxima vez podamos ir todos a un parque de diversiones, al zoológico o a algo más divertido.