Amor Clandestino ♡Taekook♡

♡Capítulo 3♡

[...]

-¡Padre!_Gritó el príncipe en busca de su mayor.

-¡Jungkook! Necesito tener una conversación contigo un momento.

-Oh, pues me parece muy bien, necesitas explicarme muchas cosas.

_Toman asientos_

-Jeon Jungkook, tengo que confesarte algo serio y sensible.

«¿La batalla es algo sensible?»

«No lo veo con intención de mencionar esa palabra...(batalla)»

-Dígame ya padre, el suspenso me desagrada enormemente, lo sabe.

-Imagino que ya sabes sobre la batalla contra el reino Falconi...

-Si, ya estoy al tanto.

-Imagino tu desagrado con la situación, siempre has sido pacifico.

-¿Entonces? Si sabe que me opongo a la violencia ¿Porque es esta batalla?

-Porque nos quieren saquear todo nuestro dinero, joyas, oro, trabajadores y quien sabe tal vez hasta... hacer de este reino suyo.

-¿Cómo está usted tan seguro de esas alegaciones, padre?

-El rey de Aurocia, mi más sincero amigo, tiene un espía en su reino, este le hizo saber de esos planes de robo hacia el de nosotros.

-¿Y porque brinda el su ayuda?

-Porque, cómo mismo te acabé de comentar hace un momento, es mi amigo más sincero, no sería capaz de dejarme sólo en una situación cómo esta.

-Mmm..._Frunció un seño.

-Hay más...

-¿Qué más?

-No quiero ocultar esto más...

-Ya me dió escalofríos, padre ¿De que habla?

-Tendrán que liderar la batalla tú y Park Jimin, ya que su padre y yo... tenemos una enfermedad terminal.

-¿¡Qué!?_Gritó en estado de confusión e incredulidad.

-Tenemos una enfermedad que no tiene cura, por eso es que te daré detalles de cómo actuar en esa guerra.

-¿¡Desde hace cuánto tiempo!? ¿¡Porque no me contaste, padre!?

-Tranquilo Jeon, antes que todo debes de estar muy sedado. Nos contagiamos de esa enfermedad, muy rara e inusual, en una expedición cuando jóvenes.

-¿Cuándo eran jóvenes?

-Si, pero fue después de más de 40 años que se presentaron los síntomas. Sólo se podía detener o por lo menos disminuir su resultados finales en los primeros 5 años de contagio, pero al no haber síntomas...ni siquiera de su existencia, en nuestro cuerpo, sabíamos...