CAPITULO 16

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Estoy esperando a David en casa, compré comida para recibirlo con una rica cena. Su vuelo llegó hace unas horas, buscarlo habría dado pie a rumores, chismes y conjeturas con las que no vamos a lidiar ahora.
Sirvo vino en mi copa. Doy un sorbo de control de calidad. Perfecto. Me veo al espejo y retoco con polvo mi ligero maquillaje. No me vestí elegante ni extravagante. Sólo unos jeans y una camisa negra suelta. Escucho el timbre y bajo rápidamente a recibir a David.

- Por fin - dice al verme, le sonrío ampliamente y me toma en sus brazos para dar vueltas conmigo en el sitio.

- Basta, me vas a marear - digo riendo.

- Lo siento, es que estoy muy feliz de verte - le sonrío y beso sus labios suavemente.

- Yo también estoy feliz, cariño.

- Te extrañé - me da otro corto beso.

- ¿Tienes hambre? - pregunto caminando a la cocina.

- ¿De ti? Siempre - le sonrío.

- Es en serio, bobo - el sube y baja sus cejas divertido.

Seré honesta, sí tengo muchas ganas de estar con él nuevamente pero Dios, no quiero parecer desesperada y al parecer a él no le importa parecerlo.

- Hablo en serio, realmente comí unas horas antes de venir - se acerca a mi y me toma por la cintura - podría cenar luego de follar contigo ¿No?

- Me parece que estás desesperado - río nerviosa, paso mis manos por sus hombros y él disfruta las caricias.

- Por ti siempre lo estoy - me impulsa para que mis piernas rodeen sus caderas.

Me sube a la encimera de la cocina.

- ¿Si vamos al sofá? - propongo mientras beso su cuello y barba.

Con esfuerzo llegamos al sofá. Me coloco a horcajadas sobre él e inicio un beso largo. Sus labios están suaves y húmedos, su barba pica en mi barbilla. Sus manos recorren mi espalda, mis nalgas y mi abdomen.

Bajo besando su cuello, él suspira complacido. Quita mi camisa con desespero y yo la suya. Toca mis senos complaciendo mis deseos.

- No traes sujetador - dice entre suspiros.

- Sabía que no haría mucha falta - sus manos toman mis senos con delicadeza y se aleja de mis labios para bajar los suyos a mis senos.

Mis manos toman su cabello aceptando con gusto sus caricias. Lo alejo para desabotonar su pantalón, me ayuda al quitarlo casi al completo.

Su bóxer retiene su miembro y lo saco con cuidado.

- Uhh... Ara - gime al sentir mis manos en él.

Continúo masturbando y él toma mis nalgas con ambas manos, las acaricia y con su mano derecha desabrocha mi pantalón. Dejo lo que hacía al levantarme y quitarme todo lo que quedaba de ropa. Me sonríe.

Me siento nuevamente y continúo con las caricias. Echa su cabeza hacía atras , toma mis nalgas nuevamente y con una de sus manos acaricia mi clítoris. Penetra con dos dedos en mí, gimo al sentirlo, acelero mis movimientos en su miembro y él en mi vagina. Se detiene y me sonríe.

- Creo que ambos estamos listos para que te sientes más cómoda - río asintiendo.

Levanto mis caderas y con su ayuda posiciono su miembro en mi entrada. Bajo hundiendo su miembro en mí.

- Ah ...- un pequeño gemido es acallado por su beso.

Muevo mis caderas con desespero. Sus manos palmean mis nalgas. Mis gemidos son más fuertes y él expresa sonidos sin sentido.

Sonrío al sentirme cerca del éxtasis. Pierdo el ritmo dando paso a la rapidez, sus manos toman mis caderas y yo continúo saltando en su miembro hasta que mis muslos duelen, el sudor nos baña y mis gritos son más altos.

- Dios, esta es la mejor cena de mi vida - dice sin aliento, sonrío sin saber qué decir. Estoy algo perdida en estos momentos.

Me levanto y veo que aún él no acaba, su miembro se ve rojo y erecto.

Me acomodo en el sofá apoyando mis manos en su espaldar y mis rodillas en los asientos. Él me mira curioso.

- Vamos, acaba dentro de mi, David.

Mi orden lo toma por sorpresa pero la acata sin ningún problema. Dios, este hombre sí sabe mover las caderas. En segundos me tiene gritando su nombre otra vez y él mi nombre.

Sale de mi y me voltea dándome un beso en los labios. Me sonríe.

- Ahora, vamos a bañarnos. Quiero limpiarte - sonrío.

- ¿Siempre haces eso luego de tener sexo?

- ¿Qué? ¿Ser un ser humano agradable? No eres una muñeca, es importante la limpieza de la otra persona. Tanto como la mía. En el sexo sientes, vives, gozas. Lo mínimo que puedes hacer es tener decencia al cuidar de la persona que te hace sentir todo eso. En este caso somos pareja, pero si no lo fueras, actuaría igual.

- Cada día me gustas más, amor - le sonrío. Me da un corto beso - vamos, ya tengo hambre.

Subimos juntos a la ducha, para luego bajar a tomar nuestra cena.

Nuestras sonrisas son amplias, reímos y contamos anécdotas de nuestros días separados. Lava los platos, me abraza y me da mimos mientras sirvo el postre. Compré un pastel de manzana. Comemos el postre uno al lado del otro, agregando al final helado y crema batida que encontré husmeando en la nevera.

- Gracias por todo, Ara. De verdad, eres una persona importante en mi vida y me haces muy feliz. No quiero presionar con estás palabras pero... Me gustaría que conocieras a mis niñas como mi pareja. Si no quieres lo entenderé.

- No tengo problema. Creo que ya es momento, algo me dice que estaremos en la vida del otro un buen rato - nos sonreímos.

Sí, creo que me enamoré de David. Y por alguna razón, no tengo ningún miedo por ello.

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Hola, gentee. Espero estén bien, ya esta historia pronto tendrá fin. Siempre he querido que sea una historia corta. Disculpen lo tarde de los capítulos, estoy en prácticas profesionales y me consumen. Los quiero.

Pd: Pronto subiré una nueva historia. Espero también quieran leerla, la subiré con más rapidez que esta, lo prometo. Besitos

Chicaas, chicos y chiques jeje.
He decidido que subiré capitulo cuando hayan al menos 10 votos en el capítulo.

Un Giro InesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora