En el flujo constante de los acontecimientos, las circunstancias se vuelven cambiantes, como si fuéramos marionetas manipuladas por un titiritero invisible. Se dice que nadie puede escapar de la enredadera de eventos, y aunque todo pueda parecer un caos tumultuoso, en el fondo se impone un orden implacable.
Esa noche fue el comienzo de todo; yo estaba inmerso en el silencio que solo interrumpía el teclado de mi computador. Seis meses habían transcurrido desde mi llegada a Londres, seis semanas desde la ultima vez que conversamos.
La vibración de mi teléfono móvil sobre el escritorio; anticipo la llamada de Heninrich...
—¡Buenas Noches Heinrich! —eran más de la nueve de la noche.
—Hola Mikkel —hizo un profundo carraspeo, antes de adentrarse en la conversación—, espero no interrumpir, pero necesito conversar contigo de algo muy importante.
—Por supuesto, dime —confirme mi disposición; extrañado del tono cauteloso con el que hablaba.
—¿Estás en tu departamento? —preguntó; el timbre de su voz paso a revelar cierto nivel de ansiedad.
—No, aun estoy en el despacho; trabajo en una propuesta que presentaremos a algunas agencias de inteligencia la próxima semana —respondí
—Por favor, asegúrate que tengas total privacidad, lo que diré es solo para tus oídos—.
De inmediato me levanté de mi escritorio, para asegurarme que nadie más estuviera en el despacho...
—Listo — confirme y en protolenguaje retome la conversación preguntando—. ¿Pasó algo urgente?
—Termine de secuenciar el algoritmo definitivo —reveló con cierta emoción.
Guarde silencio, no sabia como retomar la conversación...
—Hace mucho tiempo no conversábamos al respecto —le exprese, tratando de recordar los detalles.
—Lo sé; pronto entenderás la razón para ello —contestó esperando mi anuencia a escuchar el propósito de su llamada—, necesito tu ayuda para validar mi trabajo —su tono de voz continuaba implicando cierta desesperación que me dejaba intranquilo y no me permitía dimensionar la magnitud de la noticia.
Heinrich se había dedicado durante los últimos años a crear una secuencia matemática que aceleró la programación genética; sin embargo corroborar una secuencia de este tipo es todo un desafío.
—Preparar el vaciado inicial de las variables puede llevarnos varias semanas —le advertí y el lo sabía muy bien.
—Ya he adelantado; determine y organice las variables de todos los ciclos—.
Heinrich siempre fue meticuloso y metódico, pero esta vez, algo en su tono me hacía pensar que no tenía más tiempo; en ese momento pensé que era la frustración.
—Heinrich entiendo tu sentido de urgencia, pero no debes perder el enfoque ¿Tienes una idea de cuántas resultantes pueden salir de validar una secuencia como esta? —pregunté tratando de aterrizar su ambición.
—Un gúgol —contestó, con la misma calma de siempre.
La cifra resonó en mi mente...
—Jamás he validado algo así —verdaderamente era una tarea muy ambiciosa. Pensé que estaba loco; una secuencia diseñada para comprobar resultantes con tendencia al infinito.
El escepticismo se apoderó de mi; pero no quería romper su ánimo al final Heinrich era todo lo que yo soy...
—Mikkel, tú eres el único que puede ayudarme —su aliento angustiado, me recordaba la principal motivación atrás de su urgencia.
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Proyecto Babel
FantascienzaHeinrich ha dejado una investigacion científica que desafía todo lo conocido: un algoritmo que revolucionara la comprensión de la genética humana. Cuando Mikkel asume el desafío de continuar el trabajo de su abuelo, descubre secretos que trascienden...