Capitulo 2.

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Sally quedó sin habla al ver al vicecapitán de Amanecer Dorado acercarse peligrosamente a ella. – Tus acciones solo hacen que se vean mas miserable de lo que ya es tu familia, lo único que se puede rescatar de ahí es tu hermano mayor, Sepher – le dijo.

Carraspeo. – ¿Planeas matarme?

– Si por mi fuera, si, esta vez tendrás que ir a prisión por intento de asesinato contra Finesse Calmreich.

– Eso es mentira.

– Yo vi todo lo contrario, Marx colaborara mi versión – le recordó el tipo de magia que posee el asesor del rey mago.

Sally se sobresaltó al oír, pudo distinguir a una mujer a lado del hombre cuyo nombre según para ella era el de Lion, sus emociones le habían segado, no pudo ver con claridad en aquel momento y al recordar se percató de lo paso por alto, su capa. No se movió, ni hizo nada, sabia perfectamente que perdería contra él, alzo sus manos dándole entender que las esposara.

Finesse Calmerich es la mujer de cabello negro, la que se encuentra actualmente dándole auxilios al joven hermoso (Leahne), junto con su chofer lograron meterlo al carruaje, esta pidió a toda prisa ir directo a su casa.

¨ ¿Qué pasa? ¨ oía decir a la servidumbre quienes los veían pasar a toda prisa a una de las habitaciones.

– Finesse-sama, deténgase por favor, ya ha hecho demasiado esfuerzo por hoy – la de tuvo una de sus mucamas.

La peli negra negó, moviendo su cabeza de un lado a otro – no puedo, necesito saber que esta bien – le dijo con un severo rubor en las mejillas.

La mucama suspiro, su ama no tenía remedio – No se preocupe, yo le informare acerca del estado del joven – ella también se había sonrojado al ver la hermosura de aquel hombre – así que vaya a descansar.

Finesse no tuvo mas remedio que aceptar a regañadientes, velaría por la salud del joven en sus aposentos seguida por unas cuantas mucamas detrás de ella.

Al día siguiente, la sirviente que se quedó a cargo del supuesto hombre estaba más que sorprendida por lo que le acaba de informar el médico, resulto ser que después de todo era una mujer.

– La fiebre bajo, le puede decir a lady Finesse que muy pronto se pondrá bien su amiga. – La mucama asintió llevando al médico a la puerta.

Una acelerada Finesse se dirigía a toda prisa en los aposentos – ¡Señorita, vaya más despacio! ¡Por favor! – regaño otra de sus sirvientas, quien le seguía el paso – ¡Piense primero en su salud!

– ¡Amalia! – le grito a la sirvienta que le prometió estar al cuidado del joven – ¿Cómo sigue? ¿Se pondrá bien?

– Sobre eso tenemos que hablar, pero primero Finesse-sama – vio a su joven ama quien se encontraba aún con su bata de dormir, alzo una ceja y la vena en la cien se le marco – mientras le respondo a sus preguntas vayamos a cambiarle, no es digno de la realeza que aún sigas en esas fachas. – la regañada se limitó hacer un puchero. Abrió la boca de sorpresa al enterarse sobre el verdadero genero de la persona que ayudo. – Finesse-sama esos modales – reprendió Amelia.

– Lo siento, realmente me sorprendió la noticia, es demasiado hermosa. – dijo sin quitar su vista del libro que estaba leyendo.

– No tienes remedio señorita. – Amelia comento, su ama no era como los otros nobles quienes se destacaban por ser extremadamente orgullosos, ella era simplemente humilde, una de las pocos nobles que conocía en tener ese rasgo en común, pero le entendía a la perfección su joven ama sufría por una enfermedad crónica llevándola atener mala salud. Se percato de unas lágrimas salir de su ama mientras a la vez miraba el libro – ¿Qué lees? Si se puede saber.

Black Clover: El Reino del BastoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora