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«No puedo hacerlo», pensó. Rubius hundió el rostro en la nuca del muchacho respirando profundamente de su aroma, su erección estaba tan dura que estaba seguro que Quackity podía sentirla incluso si las capas de ropa los separaban.

Pero no, a pesar de que estuviera haciendo combustión espontánea por el hambre sexual, no era capaz de levarse al muchacho a un lugar para joderlo.

—¿Por qué te quieres entregar a mi, Lic?— Susurraba, maldición, era la única forma de distorsionar un poco su voz y no ser descubierto.

El de beanie movió lentamente su trasero con la entrepierna de ese hombre, su cerebro parecía apagarse de a poco, quería ser cubierto por esos brazos y ese cuerpo, quería perderse en 10 que no había sentido antes, un libido explosivo.

—Porque estoy bien pinche caliente— Jadeaba.

Para suerte de ambos el parque estaba completamente solo, rodeados por árboles, por una fuente de agua iluminada, por los grillos, por el deseo, por las estrellas arriba. Una suave brisa fría de otoño moviendo las hojas del suelo.

Rubius se reconocía como un hombre que gustaba del sexo en mucha de sus formas, pero no sabia si su reacción al muchacho era porque hace mucho tiempo no practicaba los juegos que tanto le gustaba o porque realmente tenían una química sexual innegable.

Pero, a pesar de todo ello, no podía tocarlo, porque quizás en el fondo sabia que se estaba aprovechando de su identidad, porque sabía todo el esfuerzo que seguramente le tomaba para llegar a este lugar, porque era demasiado bonito, porque merecía ¿Más?

—No puedo lindo, no puedo llevarte esta noche— Besó su piel antes de arrastrar los labios como si la superficie fuera helado de crema.

Como si una bofetada le hubiese dado en la cara, Quackity sintió la realidad golpear su cerebro. El sonido de todo lo que lo rodeaba era más nítido e incluso sus ojos se abrieron para mirar el cielo, quería voltear, quería enfrentarse pero sentía que no podía traicionar al hombre que tanto admiraba.

—No soy lo que pensabas ¿Verdad? Yo sé que no... que no— «Fobia, fobia, fobia» —yo... en la foto y... no soy, a...atractivo, yo me... yo me odio y te entiendo yo...

Rubius abrió los ojos tanto como un búho lo hacia, el joven estaba temblando tanto que por la mente se le pasó la idea que podía estallar en llanto o en algo así.

¿Quién le había hecho tanto daño para hacerlo tan inseguro? ¿Para que los gritos de las personas lo redujeran a alguien que se tiraba al suelo porque quería desvanecerse y vomitar? Quizás su primo Komanche sabía mucho más de aquello pero no, no hablaría.

Ese hombre tenia dos facetas definitivamente, el que temía hasta de su sombra y Lic que era todo lo que un dominante desearía. Había conocido una y ahora había tenido un poco en vivo de la segunda. Pero quería más, iba a querer más.          

—Eres mejor de lo que creía— Besó de forma casta el espacio tras su oreja izquierda, los espasmos e incipientes sollozos se detuvieron de golpe—. Te quieres entregar a mi y tengo la sospecha que se complicarían las cosas para ti si nos damos mucho tiempo.

Asintió lentamente mirando con los ojos húmedos el cielo. Su madre pensó que había salido solo un momento cuando en realidad había querido tener sexo de manera irresponsable, si lo seguía, si concretaban esto ¿No pondría en aviso a su papá de las locuras que quería cometer?

—Además no puedo, mi manager está en casa en este momento para una reunión, él no sabe lo que estoy haciendo— Susurró tan bajito que apenas pudo entenderlo, rodeó por la cintura al muchacho y metió una mano caliente para posarla sobre su abdomen, ambos tragaron saliva afectados por el contacto tan íntimo—. Pero estoy... tan contento que Lic seas tú, eres... eres realmente bonito.

𝘚𝘦𝘹𝘶𝘢𝘭 𝘞𝘳𝘪𝘵𝘦𝘳 !¡ 𝘙𝘶𝘣𝘊𝘬𝘪𝘵𝘺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora