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Narrador

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Narrador

La primer concentración de Nicolás en River había llegado y con ello una nueva pelea con Lara.

—Uruguayo dejá de mirar a la nena que no te van a poner en el partido si seguís distraído — Barco es el que se dirige a Fonseca, el cual se ríe y se adelanta al trote

—necesitas lentes vos? porque ves cualquier cosa —Nicolas se gira para hablarle y continúa su trote.

Por otro lado estaba la morocha que se encargaba de grabar parte del entrenamiento para luego generar contenido en las redes. Una de las cosas que había aprendido es que, a los mayores no había que joderlos, si queres conseguir clips graciosos o interesantes había que ir por los jóvenes. Y ahí se encontraba, con solari y el diablito a quienes les encantaba joder con la cámara.

A ellos se les había sumado Nicolás, quien tenía que ganarse el cariño de la gente y hacerse sentir cerca. 

—Nico, hacete el facha para el video—Lara le habló mientras miraba por el celular los gestos que hacía el uruguayo. Guiño y pulgar arriba, básicamente era el gesto instantáneo que tenían los hombres cuando veían una cámara—boe, ponele que sirve.

—disculpalo, es un poco tímido—jode solari nuevamente mientras lo agarra por los hombros.

—Tímido? que faceta te habrán contado de él?—Lara le contesta a Pablo mientras continúa sacando fotos.

—se conocen?—Solari pregunta en un estado de confusión y ambos se quedan callados—jodeme que se conocen?

—les recomiendo que sigan con el entrenamiento porque Martín está viniendo para acá—Lara continúa su recorrido a lo largo de la cancha y escapa de esta situación incomoda. 

El resto de la tarde se había basado en estar en el entrenamiento, ruedas de prensas y demás cosas. Los días de concentración ella también tenía que quedarse al igual que los futbolistas, era más bien por una cuestión de poder capturar momentos importantes y grabar la ida a la cancha antes del partido.

—che uru vos no nos tenias que contar algo?—Solari habla en el medio de la cena, se encontraban todos los más chicos en una mesa y se podría decir que parecían egresado en bariloche. Eso sí, cuando hablaba el capitán o técnico, ni una mosca volaba.

—no me digas que ya enganchaste una minita—Barco habla con la boca llena y Lara, quien se encontraba en otra mesa con demás compañeros de trabajo, paró la oreja.

—no todo son minas—Colidio le pone los puntos y como buen chusma, le pregunta a Fonseca—qué tenías que contar?

—nada, es una chusma esta—Nicolás se dirige a Solari, quien lo mira y vuelve a hablar.

—el uruguayo conoce a Lari—suelta en voz baja, Nicolás se gana la mirada de todos los de la mesa quienes comienzan a preguntarle un millón de cosas que no se entienden.

"de donde la conoces?" "te la comiste?" "entonces que se hacen los que no se conocen"

—na que ver, nunca estuvimos juntos—Nico hace un ademán con la mano bien a lo italiano—fuimos muy amigos por mucho tiempo y listo, nada más.

Lara escucha todo desde su lugar, hace lo imposible para silenciar los ruidos externos y lograr comprender lo que los de la otra mesa hablan.

—y qué pasó?—Colidio era el único que le preguntaba cosas sensatas y a quien de verdad le interesaba lo que pasaba

—soy un pelotudo, eso pasó—Fonseca contesta y con eso se le cierra el estómago, mira hacia la mesa donde se encontraba Lara y encuentra sus ojos. Supo que ella había estado escuchando toda la conversación cuando noto ese color rojizo en sus cachetes que solo le pasaba cuando estaba triste o a punto de llorar. 

Lara se levanta de su mesa y se disculpa, dirigiéndose a las habitaciones. Necesitaba tomar aire y recalcular algunas cosas. Detrás de ella se levanta Nicolás. 

—Lara, Lara, frená—el futbolista alcanza a agarrarla con su mano y la morocha frena en seco dándose vuelta para mirarlo. Estaba roja, quería putearlo en mil maneras y a su vez necesitaba un abrazo de ese amigo que tanta falta le había hecho.

—querés saber  una cosa? si, sos un pelotudo. Y la palabra pelotudo te queda chica, muy chica—Lara se suelta del agarre con bronca y lo señala mientras le habla—sabes las veces que te elegí por encima de todo, jamás hubiese cambiado lo que teníamos por un hombre

—era pendejo Lara, te pensás que no me arrepentí mil veces de lo que hice?—Nicolás se estaba enojando, aunque fuese su culpa el distanciamiento, él también había sufrido de la misma manera

—no se notó, sabes lo que sí se notó? que se te habían subido los humitos de futbolista—estaba enojada, con bronca acumulada y con un montón de cosas para decirle

—humitos? qué pelotudeces hablas? sabes lo que pasa con vos?, que te pensas que el mundo gira a tus pies y nunca te fijas como se sienten los otros—Nicolás le contesta con la misma bronca que ella

—que el mundo gira a mis pies?? ándate a cagar nene no se puede hablar con vos—Lara se da media vuelta pero no alcanza a irse cuando el futbolista la agarra del brazo y se encuentran cara a cara. Nunca habían estado tan cera, tenía el mismo perfume que cuando era un pendejo, las pecas que tantas veces había contado y con las que tanto lo jodía.

Logra admirarlo de cerca, tanto tiempo había pasado pero las cosas no cambiaban. Las mariposas en la panza seguían estando. Nicolás, por su parte, se sentía intimidado por la chica. Nunca le había pasado eso, sentirse nervioso por estar delante de una chica. 

De más chicos había dudado si sus sentimientos hacia ella eran realmente de amistad, lo hablo con su viejo, necesitaba respuestas. No le ayudó de mucho, entendió que su familia la amaba y la veían como su futura novia. Sin embargo él no lo entendía, así que busco respuestas en otro lugar. Empezó a estar con chicas, experimentar si sentía lo mismo por ellas que sentía por Lara. La respuesta era no, no sentía esa conexión, esa mirada que lo hacia sentir en casa. De a poco fue olvidándose de esos pensamientos que lo estaban atormentando tanto hasta hoy.

—te pensas que no pensé todos los días en vos?, te necesitaba Lara pero cuando te fui a buscar en persona estabas muy ocupada como para hablar conmigo.

Cicatrices| Nicolás FonsecaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora