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Meses Después

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Meses Después ...

Lara

—es que esa noche que vos te fuiste
Me desbordaron las cicatrices, quiero llevarme cada momento

—dios Lara quién te rompió tanto el corazón, me estás aturdiendo los tímpanos.

Juli hace una expresión tapándose los oídos y yo intento seguir limpiando mi departamento con ella en el medio.

—es necesario que te lo recuerde?

Me freno en seco y pongo mi mayor cara de orto (y de dolida tmb, obviamente).
Antes de seguir, los voy a poner un poquito en contexto porque seguramente se estarán preguntando "qué pasó?".

Después de esa noche en la vereda de mi departamento, en la que Nicolás me dio el mejor beso de mi vida y yo experimenté el pico máximo de la felicidad, desapareció. Sí, básicamente se tomó el palo o, en temas de padres, se fue a comprar cigarrillos. Como un verdadero cagón, no me habló más, no me dirigió más la palabra, me esquivó por donde pudo y, para colmo, tuvimos que seguir trabajando juntos por tres meses.

Hasta que me harté de toda esa situación y decidí que era hora de un cambio, me llegó la oferta de ser parte del equipo de CM para la Selección Argentina y con ello tuve que viajar mucho. Tanto que llegué a olvidarme por un tiempo de Nicolás, hasta que hace unas semanas, después de cinco meses, volvió a llamarme.

El tarado, en pedo, me pidió una nueva oportunidad, dijo que sé había separado de Valentina y que se arrepentía de todo lo que me había hecho. Yo? casi que lo perdono pero Juli fue más rápida y lo único que hizo fue agarrar mi celular y cortar la llamada. Cosa que hoy en día le agradezco de corazón. Llegaba a perdonarlo y me recibiría de pelotuda con un máster en cornuda.

En su momento lo de Nicolás me partió completamente, me destruyó tanto como en su momento cuando éramos chicos. No solo por el echo de que nuevamente estaba prefiriendo a otra mujer por sobre mí, sino que me había usado para un momento de calentura y nada más. Por más de que hoy viniera y me dijera que no había sido así, yo no iba a poder creerle, porque Nicolás en lo que era experto era en mentir.

—hoy salimos, no me importa tu respuesta, salimos al boliche que vamos siempre y si está el pelotudo no le das bola. Ya quedé en verme con uno y necesito que me hagas la segunda.

Juli pone su intento de puchero y yo accedo, después de todo lo que ella había hecho por mí en estos meses, no podía negarme a nada.

—igual hasta no muy tarde eh..., porque mañana laburo

—joya, no hay drama, con que me acompañes un rato...

Accedo y lo único que le pido es que me terminé de ayudar a limpiar el departamento porque, detalle no menor, estaba en plena mudanza.

Cicatrices| Nicolás FonsecaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora