Cicatrices| Nicolás Fonseca

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Lara

Llegamos a eso de las 7 de la mañana a Bs As y lo único que hice fue abrir la puerta del departamento y tirarme en la cama. No daba más del cansancio, desde la mañana del día anterior que no habíamos parado. El plantel estuvo hasta recién haciendo joda en el avión, ninguno había dormido y por lo tanto mis compañeros y yo tampoco. Más allá de todo eso, el sueño no había sido un impedimento para disfrutar el momento y documentar cada instante, desde el hijo de Paulo Diaz bailando hasta Fonseca durmiendo en el avión.

Fonseca. Había tratado de no pensar en lo que me dijo minutos antes de subir al micro que los llevaría al aeropuerto. No podía mentir, me había revolucionado al 100%. Pero tampoco sabía si tomármelo en serio, porque cuando Nicolás me lo dijo, ya estaba con unos cuantos vasos encima. Se acordaría de todo lo que me dijo o simplemente fue algo del momento?.

No sé si quería enfrentarme a esa charla, él por más de que dijera todo lo que sentía, no dejaría así por así a la rubia. Tampoco me imaginaba a un Nicolás sobrio hablando de sus sentimientos, nunca lo había escuchado en ese papel.

El resto del jueves la paso limpiando el departamento y ordenando un poco. Me pido algo para comer y llamo a Juli para pasar el resto de la tarde juntas, hacía rato que no armábamos un plan como una tarde completa para nosotras solas. Extrañaba poder charlar cinco horas seguidas y no cansarme, o simplemente estar en silencio, pero no esos silencios incómodos.

-y qué hiciste cuando la presentó en esa cena?

Acababa de contarle a Juli sobre el día que Nicolás presentó a su novia, dos días después de supuestamente haber confesado que sentía cosas por mí. Gracioso.

-te juro fue horrible, encima yo estaba en la mesa de al lado y el tarado mientras la iba presentando me miraba-tomo un trago del café que nos habíamos hecho y me enojo de solo recordar ese momento-parecía que lo hacía a propósito.

-seguramente lari, el chabón quedó re caliente de verte con Enzo y necesitaba llamar tu atención

-que más atención quiere boluda, desde hace 14 años que tiene mi atención

Me río para no llorar. Si llegaba a ser una necesidad de atención, el pibe no daba más de estúpido.

-es hombre boluda, no sé da cuenta de las cosas

El resto de la tarde se basa en esto, chusmear sobre un montón de cosas. Contarle todo a mi mejor amiga era mi terapia gratis.

El viernes por la mañana ya me encuentro nuevamente en el river camp para arrancar un nuevo entrenamiento del plantel. Las energías estaban renovadas y lo único que había eran caras de felicidad. Barco y Solari estaban totalmente en una, se ve que se habían levantado más jodones de lo normal porque cualquiera que pasaba por al lado de ellos la ligaba con algo.

Es por eso que evito pasar por donde estaban y voy directamente a la cancha para fotografiarla por la mañana. Me encantaba ver como poco a poco iban llegando los entrenadores y comenzaban a acomodar todo especialmente para nuestros jugadores.

Me voy antes de que termine el entrenamiento y decido ir a un bar cerca de casa, había comenzado a hacer una capacitación y no estaba teniendo mucho tiempo libre, así que en cada momento que podía sacaba la computadora y armaba los trabajos que debía entregar. El resto de la tarde se pasa como una luz porque cuando quiero acordar ya empezaba a atardecer. Me fijo la hora en el celular y con ello me encuentro una llamada perdida de Nicolás, y un mensaje. El corazón se me acelera como cuando te mandan una nota y el pdf con las notas no termina de cargarse nunca. Así me sentía en estos momentos.

"tengo tu cámara en mi departamento, no voy a estar a la noche pero está mi hermano, pasá cuando quieras"

En que momento me había olvidado yo mi cámara y por qué justo Nicolás la tenía en su departamento. La casa de Nicolás me quedaba bastante lejos de donde estaba en estos momentos, eran las ocho de la noche y seguramente llegaría a eso de las nueve y media, pero no podía no tener mi cámara y menos si la necesitaba para mañana temprano. Los jugadores mañana entrenaban por la tarde pero yo empezaba más temprano que ellos, Nicolás no podría alcanzarmela.