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Lara

Eran las cuatro de la mañana y yo ya no daba más del cansancio, había tomado un solo vaso y se empezaba a notar el sueño. Enzo estuvo toda la noche al lado mío y Nicolás no volvió a aparecer. Me preocupaba un poco solo porque Borja y sus mejores amigos estaban acá con nosotros.

—borjita, Nico dónde se metió? sabes si está bien?

Me siento al lado del colombiano y agarro su vaso que tenía un poco de cerveza

—Está con Valen

Valen? qué Valen? no conocía ninguna Valen. Un nudo me empieza a subir por la garganta y me saco la campera del calor que me había agarrado.

—Valen?—le hago un gesto de no saber quién era

—la rubiecita esta que está saliendo hace como un mes

—hace cuánto?

—uy parce, la cagué no?

Borja se preocupa y le digo que no pasa nada, no le iba a contar nada a Nicolás...Me paro nuevamente de donde estábamos sentados y voy en busca de mis cosas, estaba triste, necesitaba irme, necesitaba aire. Era de las personas que cuando el enojo le subía por el cuerpo, no podía aguantar las ganas de llorar. Y eso me estaba pasando en estos momentos.

Tenía ganas de llorar, no de tristeza, de bronca, de enojo, de decepción. Nicolás definitivamente ya no confiaba en mi, hace 2 meses que habíamos vuelto a hablar y nunca me había contado sobre una tal Valentina. El Nicolás que yo conocí, nunca me hubiese hecho algo así, nunca me hubiese ocultado algo de una mina. Siempre me contaba todo, con lujo de detalles, por más de que yo quisiera callaro de una trompada, él lo hacía.

Agarro mi cartera y le aviso a Enzo que tengo que ir al baño, bajo las escaleras del vip lo más rápido que puedo y me choco una persona que ni la cara le veo. Solo escucho que me llama y me frena de golpe agarrándome de la cintura. Lo veo. Nicolas. Nicolás que me miraba con cara de preocupación y una chica que lo esperaba atrás.

Rubia con unos ojos verdes hermosos, era divina. La miro a ella y después a él, me pregunta algo que no alcanzo a escuchar y lo suelto de mi cintura para irme rápido a otro lado. Me faltaba el aire, tenía calor y la boca seca. Tenía ganas de decirle de todo, de decirle que era un pelotudo por no confiar en mi, por estar ocultándome cosas.

Lo odiaba por hacer que me importara tanto, odiaba que me siguiera gustando como el primer día y odiaba que no pudiera dejar de gustarme. Por qué me importaba tanto un pibe que siempre me había tratado como una amiga del montón?, que me ocultaba cosas y que ya me había cambiado más de una vez por una mina?.

—me podes decir que te pasa Lara??

Nicolás me agarra de sorpresa y me saca al estacionamiento del Boliche.

Cicatrices| Nicolás FonsecaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora