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Narrador

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Narrador

—De qué me tengo que dar cuenta Larita?

Los dos solos, en medio de una habitación, ella borracha, él ansioso. Se animaría Lara a decirle todas las cosas que le tenía que decir?. No, obviamente que no. La morocha ni en pedo, en el sentido literal, iba a caer friendzonada por su mejor amigo. Por ese Justin Bieber de la salada que la volvía loca.

—qué? no sé? qué dije?

Lara se dio cuenta, en su estado de borrachera, que estaba por meter la pata. No podía permitirse eso, no el día de su cumpleaños.

—qué por qué no me daba cuenta de no sé qué

Nicolás dio dos paso atrás cuando se dio cuenta que la morocha estaba empezando a hacer arcadas. En cualquier momento iba a devolver todo lo que había tomado desde las 7 de la tarde.

—vas a vomitar, vamos al baño—Nicolas la tomó de sorpresa agarrándola de la cintura y llevándosela, casi a rastras, por todo el pasillo hasta llegar al baño.

—no tengo ganas de vomitar

—estabas haciendo arcadas

—no estaba haciendo arcadas

Y ahí empezaban de vuelta. La morocha era muy porfiada, si ella decía que era blanco era blanco, y si decía que no había hecho arcadas era porque no había hecho arcadas.
Diez minutos después de haber dicho eso, Nicolas le estaba sosteniendo el pelo y limpiándola, mientras largaba todo lo que tenía dentro de su cuerpo. Absolutamente todo.

—que asco, perdón—Lara estaba roja de la vergüenza, si antes él no se fijaba en ella, ahora menos—dios, me quiero matar.

Lloraba de la vergüenza y al mismo tiempo por la situación de mierda. No iba a poder volver a verle la cara, mirá si Nicolás le contaba a todos sus compañeros sobre esta situación. 

—como si no te hubiese visto vomitar antes—era verdad, Nicolás más de una vez había tenido que rescatarla de sus primeras borracheras—aparte somos amigos, no estamos para eso?

Si escucharon bien, ese sonido era del corazón de Lara rompiéndose y de su estómago pidiendo vomitar de vuelta. Ya no sabía si estaba vomitando por el alcohol, o por lo mal que le había caído esa frase. 

En ese momento, con alcohol en sangre y todo, se había dado cuenta que sus sentimientos por Nicolás nunca iban a ser correspondidos, ni en sus mayores sueños.



Lara

Se me partía la cabeza, seguía con arcadas y quería tomar 10 litros de agua de una. Sin embargo acá estaba, en el River Camp cubriendo el entrenamiento de River. No sé en que momento me había parecido buena idea festejar mi cumpleaños sabiendo que al otro día tenía que trabajar.

Cicatrices| Nicolás FonsecaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora