Una historia basada en un mundo que conoces... Un mundo lleno de enemigos y aliados..
Esta historia no es como otras...
Si quieres conocer un mundo diferente.. te invito a leer mi estimado.
(Perdón por los errores ortográficos XD si hay palabras...
Antes de comenzar su viaje, Gabriel y Leica compartieron momentos llenos de risas y descubrimientos durante el tiempo que tomó su recuperación. Aunque sus cuerpos descansaban, sus mentes viajaban a través de historias y relatos, compartiendo sus perspectivas del mundo que, aunque era el mismo, se sentía tan distinto para cada uno.
Leica fascinaba a Gabriel con sus relatos sobre lugares que él solo podía imaginar, describiendo paisajes llenos de vida y civilizaciones que parecían tan lejanas en el tiempo. Para Gabriel, escucharla era como abrir las páginas de un libro que nunca había leído. Pero, a pesar de lo cercanos que parecían volverse, ambos aún guardaban secretos. Gabriel evitaba hablar de su verdadera naturaleza, y Leica no revelaba del todo cómo había acabado en aquel bosque tan aislado. Ambos estaban llenos de preguntas no dichas, de misterios que flotaban entre ellos, pero decidieron confiar en lo que sabían: se cuidarían mutuamente.
Ahora, ¿qué tal si damos un vistazo a algunas de esas divertidas mini aventuras que vivieron a lo largo de su viaje? Esos momentos que, sin grandes peligros ni misterios, lograron sacudir el silencio de sus días con risas, complicidad y pequeñas travesuras. ¡Aquí comienzan sus pequeñas aventuras!
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historia 01
-------------(((((((manzanas)))))---------
Días habían pasado desde que dejaron atrás el bosque, caminando sin rumbo fijo, pero guiados por el viento y el sol poniente. Gabriel, en una de esas charlas que parecían llenar el silencio del viaje, había mencionado su casi adictivo amor por las manzanas. Era un gusto simple, pero que hacía que sus ojos se iluminaran cada vez que hablaba de ello. Esta confesión despertó una idea en la siempre atenta Leica, que se prometió sorprenderlo.
Una mañana, mucho antes de que Gabriel despertara, Leica, llena de determinación, salió en busca de un manzano que había visto el día anterior. El árbol era alto, con ramas robustas y llenas de las frutas que ella buscaba. Después de examinar las manzanas, se decidió. Sin pensarlo dos veces, comenzó a trepar, sus manos aferrándose a las ramas con energía.
—¡Sí! Por fin logré subir —dijo para sí misma mientras observaba las manzanas a su alrededor, un poco confundida—. Uhm... ¿Estas estarán maduras?
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Satisfecha con su botín, comenzó a descender, pero justo cuando pensó que todo había salido a la perfección, su pie resbaló. Con un pequeño grito, cayó de golpe al suelo, raspándose la rodilla al aterrizar. El dolor fue leve, pero lo suficiente como para hacerla quejarse un poco. Gabriel, que había estado profundamente dormido, se despertó de inmediato, su instinto protector activándose al escuchar el sonido.
En un par de zancadas estaba a su lado.
—¡Leica! ¿Estás bien? ¿Te rompiste algo? —preguntó, su voz cargada de preocupación, mientras se arrodillaba junto a ella.
