CUIDARE DE TI cap4

694 68 12
                                    

Una columna de fuego se alzó repentinamente en el cielo, surgiendo como un faro de desesperación desde las profundidades del bosque. Gabriel detuvo su marcha, su mirada fija en ese destello abrasador que rompía la quietud del paisaje. Su instinto le decía que siguiera su camino, que evitara el peligro que acechaba. Pero esos gritos de ayuda, cada vez más cercanos y agónicos, no lo dejaban avanzar.

El eco de las súplicas resonaba en su mente, envolviéndolo en una mezcla de urgencia y responsabilidad. Respiró hondo, apretando los puños. No podía ignorarlo.

—No es el momento de correr... —murmuró, sintiendo la adrenalina empezar a recorrer su cuerpo—. Si alguien necesita ayuda, seré yo quien lo saque de ahí.

Con la resolución de alguien que había entrenado durante meses para ser más fuerte, Gabriel se armó de valor y se lanzó hacia la dirección del estruendo. Sus pasos eran veloces, pero su mente estaba llena de incertidumbre. Mientras corría, los gritos se hacían más claros, más desesperados.

Al llegar al claro de donde provenía el ruido, Gabriel vio lo que más temía. La situación era peor de lo que había imaginado.

Frente a él estaba el ogro. Aquel monstruo imponente que meses atrás lo había aplastado sin piedad. Todavía merodeaba por el bosque, buscando algo —o alguien— con quien saciar su sed de sangre.

El terror de ese recuerdo lo golpeó por un instante, pero sacudió la cabeza. Esta vez no iba a huir.

Pero no estaba solo.

Frente al ogro, una chica yacía tendida en el suelo. La primera impresión de Gabriel fue abrumadora. Su presencia parecía casi etérea, como sacada de un cuento de hadas. La belleza humana palidecía en comparación con la suya. Sus ojos, de un amarillo profundo, brillaban como el sol, intensos y llenos de vida, incluso en esa situación desesperada. Su cabello, rojo como el fuego, ondeaba en suaves mechones, dando la impresión de llamas danzando al viento. Todo en ella irradiaba una delicadeza digna de una princesa de leyenda, como si su lugar no fuera en este mundo, sino en algún reino místico perdido en el tiempo.

Sin embargo, su mirada era valiente, una chispa de valor que brillaba a pesar del miedo evidente.

Estaba atrapada, con el ogro cada vez más cerca.

Estaba atrapada, con el ogro cada vez más cerca

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—A-a-yu-da... —logró articular con un hilo de voz, su mano extendida hacia Gabriel.

El tiempo pareció detenerse un segundo. Gabriel sintió un nudo en el estómago, un impulso primitivo de lanzarse a salvarla. Sin pensarlo dos veces, apretó la empuñadura de su daga, sus músculos tensos y listos. Esta vez no era solo su vida la que estaba en juego. Era la de ella.

El Mundo De Minecraft (Isekai MC y Fantasía Medieval)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora