Una realidad donde Toji Fushiguro pudo vivir una vida feliz junto a su esposa e hijos, pero todo se vuelve distinto cuando un reencuentro cercano con su primo menor ocurre una noche cualquiera. 👍
Por mensaje planearon reunirse en un restaurante, a las afueras de la ciudad, querían pasar lo más desapercibido posible. Naoya llego primero al lugar, pidió una mesa en el balcón, era de noche así que podía contemplar una bonita vista con el cielo lleno de estrellas. Bebía una copa de vino, mientras esperaba a su querido primo.
— Perdón por la tardanza. — Dijo Toji, una vez llego al restaurante y se acercó a la mesa del joven, tenía en una de sus manos una rosa roja, y se la dio a su contrario, sentándose luego enfrente de él. — Pase por un lindo jardín, y vi las rosas, y pensé, ''esto es algo que a él le gustaría''.
— Acabo de llegar también, no te preocupes. — Mintió, con una sonrisa, tomando la rosa con su mano derecha, paso la rosa por su nariz, oliéndola con delicadeza. — Que romántico de tu parte, eh, Toji, ¿acaso quieres que me enamore más de ti?
— Oh no, solo quiero que creas que soy romántico para seguir acostándome contigo. — Bromeo Toji, con una sonrisa tonta.
— Aunque me dieras una piedra, aun así, me seguiría acostando contigo. — Siguió el juego, mientras su pie acariciaba la pierna del pelinegro debajo de la mesa.
— ¿Disfrutas seducirme cada vez que me ves?
— Solo un poco. — Le guiño el ojo, sonriendo con encanto, mientras bebía más de su copa de vino.
Las horas se fueron rápido entre charlas, y bebida, ambos estaban bastantes borrachos para ese momento, casi era media noche el restaurante aún tenía unos pocos clientes en el área de abajo, pero el área del balcón estaba ahora vacía, siendo un lugar VIP era poco concurrido, así podían sentirse más cómodos.
— Oye, ¿y si te la chupo debajo de la mesa, Toji?
— Eso me gustaría bastante.
La mesa tenia encima un mantel rojo, y largo, que caia hasta el piso, y con la falta de personas cerca, Naoya se escabullo debajo de la mesa, quedando arrodillado, acerco su rostro a la entrepierna de Toji, a la vez que llevo sus manos hacia esta misma zona, comenzó masajeando el falo ajeno por encima del pantalón, con suavidad y travesura, luego saco el miembro viril, observando lo duro y húmedo que estaba. Paso su lengua desde la base hasta la punta, en un recorrido lento, disfrutaba el sabor del liquido presiminal, juego un poco más con su lengua sobre aquel enorme falo, para después introducírselo completamente en su boca, casi ahogándose con el, su rostro estaba ruborizado, levanto la vista notando como Toji le miraba desde arriba, mientras levantaba un poco el mantel. Toji llevo su mano derecha hacia la cabeza de Naoya, acariciando sus cabellos, mientras dejaba escapar varios suspiros de placer.
— Mmmm... si, sigue así, buen chico. — Comento el pelinegro en voz baja.
Naoya seguía en su trabajo de satisfacer a su hombre, moviendo su cabeza de arriba hacia abajo con rapidez, respirando con dificultad, no le importaba ahogarse en ese momento, estaba muy excitado y no podía detenerse. Toji, tomo ahora con ambas manos la cabeza ajena, sujetándola con firmeza, empezó a mover su cadera siendo ahora el quien tenía el control, comenzó a embestir la boca de su primo menor ahogándolo con más rudeza, terminando por eyacular a los minutos, su esperma lleno toda la garganta de su contrario, dejo de sujetarlo, retirando su falo de aquella boca. Naoya le dirigió una sonrisa pervertida, mientras pasaba su dedo pulgar por su labio inferior, limpiándose después de acto.
Toji estaba más que complacido con dichas atenciones, sentía que su deseo sexual siempre estaría satisfecho cuando estuviera cerca de su primo menor, y sin darse cuenta estaba de lado la intimidad con su esposa, a la que poco a poco le ponía excusas para no tener relaciones sexuales, haciéndose cuestionar si realmente le gustaban las mujeres, o solo mantenía sexo con ellas por dinero y actualmente por ''amor''.
— No pensé que supieras hacerlo tan bien, dime ¿enserio no habías estado antes con otros hombres? — Comento el pelinegro con una sonrisa vacilante.
— Me ofendes, Toji. — le devolvió la sonrisa, una vez estuvo de nuevo sentado frente a su primo mayor. Suspiro, mostrando un semblante dulce. — Yo no soy como tú, yo no me relaciono con cualquiera, soy muy selectivo.
— Ya veo... pero aun no comprendo el porque te fijaste en mí, sabes que soy un pobre diablo.
— Si, lo eres... pero creo que los polos opuestos se atraen. ♡ — Mantuvo su postura amable y cálida. Junto sus manos colocándolas a un lado de su mejilla derecha, cerrando sus parpados, y sonriendo con encanto.
Toji se quedó en silencio observando aquel gesto tan adorable de su primo menor, se ruborizo, demostrando que también tenía un cierto gusto por su contrario más allá de estarlo utilizando. Se levanto de su silla, dejando dinero sobre la mesa, pagando la cuenta de las bebidas que ambos consumieron, era pasado de la media noche en ese momento, tenia que volver a casa con su esposa e hijos, no deseaba levantar sospechas innecesarias. Naoya también se levanto de su silla caminando hacia el pelinegro.
— ¿Ya te vas? — pregunto el joven.
— Sabes que no puedo estar más horas aquí.
— Entiendo. — Suspiro. — Solo espero volverte a ver pronto, Toji. — Coloco una de sus manos sobre el pecho ajeno.
— No te preocupes por eso, no pretendo mantenerte mucho tiempo olvidado. — Le susurro al oído con encanto, mientras sujetaba la muñeca ajena de la mano que estaba sobre su pecho. — Se que te mueres por mí.
— Solo me gustas, tampoco te hagas ideas tontas. — Su rostro se ruborizo por completo, tomando una actitud a la defensiva, no le gustaba sentirse tan dependiente de alguien. — Claro que podría seguir viviendo sin ti.
— Tus palabras dicen una cosa y tus acciones demuestran lo contrario, Naoya. — Sujeto a su contrario de la barbilla. —¿Están difícil aceptarlo?
— Eres un desgraciado. — Llevo una de sus manos detrás de la nuca ajena. — Pero me encantas tanto, maldita sea. — Acerco sus labios a los de él, recibiendo rápidamente un beso del pelinegro, y como todos los anteriores, siempre le provocaba un sin fin de emociones.
Nota: Hasta aquí lo dejaré, necesito tiempo para pensar en como continuar la historia y así, jeje, luego actualizo esta wea.
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