Bajo el pequeño cuchillo hasta su pecho, el lugar exacto donde sentía un gran vacío, luego soltó el arma, cerrando lentamente sus ojos, hasta quedarse dormido en la bañera. Tenía días sin dormir, así que fue normal que el sueño le hiciera sucumbir de forma profunda tarde o temprano.
Despertó un día después, para su sorpresa ahora estaba encima de la cama, usando una bata blanca, así como también estaba tapado con una de las sábanas, se sorprendió, sentando su cuerpo de golpe, miraba hacia todos lados, muy confundido. Luego escucho unos pasos acercarse.
— Por fin has despertado pensé que estabas en coma.
Era Toji quien aparecía dentro de la habitación y le estaba hablando, Naoya se puso pálido, ¿era un fantasma? ¿era una alucinación? Si se estaba convirtiendo en un loco tenía sentido, si es que el estuvo en el funeral de su primo mayor ¿Cómo era eso posible?, estarlo viendo ahora mismo vivo. Se levanto rápido de la cama, casi cayéndose, se acerco al mayor y toco sus mejillas apretándolas con fuerza.
— ¿Eres real? Maldita sea, no pareces una jodida alucinación... ¿Si eres tú, Toji...? — Su voz de impresionado cambio por una voz más débil, sentía tantas cosas en ese momento.
— Si, soy yo, estoy vivo... — Dio un gran suspiro. — Tengo muchas cosas que explicarte.
— ¡Gracias al cielo! — Empezó a sollozar, pero felizmente abrazo el cuerpo del pelinegro, verlo una vez más era lo que más necesitaba. Segundos después se apartó de él. — ¡Ahora tienes que contármelo todo! ¡Eres un gran idiota, sufrí mucho por ti! En serio pensé que estabas muerto, que me habías dejado solo...
— Si, lo sé, pero era necesario, tenía que fingir mi muerte si quería empezar una nueva vida a tu lado... Todo fue fríamente calculado.
— ¿Qué-qué piensas hacer?
— Vamos a escapar del país, ¿Qué te parece?
— Eso me gustaría tanto. — Naoya sonrió, no cabía de la alegría. — Si estoy contigo no me importa nada más.
— Se de un lugar donde podemos vivir, esta alejado un poco de la civilización, pero creo que estaremos bien.
— He vaciado todas mis cuentas personales, así que aún tengo bastante dinero conmigo como para viajar.
— Bien, entonces podemos salir mañana por la mañana del país.
— Ah, Toji, dime que estoy soñando, que esto es solo un sueño... no lo puedo creer. — Se acerco al pelinegro, colocando sus brazos alrededor del cuello ajeno.
— ¿Qué necesito hacer para que veas que todo esto es real? — Pregunto mientras le sonreía de forma un poco atrevida, envolviendo sus brazos alrededor del cuerpo del más joven.
— Te estuve extrañando por tanto tiempo, ahora quiero pasar toda la noche a tu lado.
— ¿Quieres dormir conmigo? ¿Es eso? — Le hablo al oído, para luego besarle el cuello.
— Dormir es lo menos que quiero hacer en estos momentos. — Sonrió ruborizado, sintiendo aquellas manos recorrer su piel por dentro de la bata blanca.
Toji luego camino hacia la cama sentándose en la orilla, Naoya lo siguió sentándose sobre sus piernas, como si fuera un niño pequeño pidiéndole sus regalos a santa Claus, y es que así era como se sentía, siendo el pelinegro el hombre que siempre cumplía sus deseos. Se besaron con bastante deseo, necesitados del contacto físico del uno al otro. Toji acariciaba aquellas piernas, mientras subía sus dedos hasta la zona de la entre pierna, sintió aquella erección húmeda, así que se dispuso a tocarla, dándole un masaje suave de arriba hacia abajo, haciendo jadear al más joven. Naoya inclino su cuerpo junto al de Toji, quedando la espalda del pelinegro sobre la cama, Naoya ahora estaba encima de él, con ambas piernas abiertas a los costados del cuerpo del mayor. Toji se retiro el suéter negro que llevaba puesto, bajando parte de sus pantalones negros, dejando libre su gran erección, sujeto de las caderas a su compañero, introduciendo su miembro viril en aquella cavidad tan estrecha. Naoya comenzó a moverse, cabalgándolo con fuerza, enterraba sus uñas en el pecho del pelinegro, gimiendo de placer, le encantaba tanto sentirse suyo, inclino su cuerpo hacia le frente, besando al mayor, un beso extenso y acalorado, deseaba jamás querer separase de esos labios. Toji acariciaba la espalda ajena con cariño y posición, luego bajo sus manos hasta las caderas del menor sujetándolas con fuerza, prosiguió a mover su pelvis con aún más fuerza y rapidez.
— ¡Ahhhh...! ...no-no puedo más... se siente tan bien... — hablo el menor entre sus quejumbrosos gemidos, sentía como su interior podía estallar en cualquier momento por culpa de aquel enorme miembro. Así mismo su punto máximo de placer estaba por ser alcanzado. Termino eyaculando sobre el abdomen del pelinegro.
— También estoy apunto de terminar, me encantas tanto. — Toji le hablo al oído, trasmitiéndole su aliento sofocado. Estaba tan excitado en ese momento, que no tardo en obtener un potente orgasmo, eyaculando en el interior de su primo menor.
Quedaron exhaustos después de aquella sesión de sexo, quedándose dormidos abrazados de forma muy tierna, Toji rodeaba con sus brazos el cuerpo del menor, queriendo nunca soltarlo, sentía que su corazón lo amaba demasiado.
...
Un camino largo de tierra, con pasto crecido en cada lado se podía contemplar en aquel lugar tan alejado de las abrumadoras ciudades, era como un bonito campo silvestre. Siguiendo aquel camino se podía encontrar una casa modesta y habitada.
Habían pasado ya 4 años, 4 años desde que Naoya y Toji decidieron escapar de todo, llevando la vida que siempre quisieron, libres para poder amarse sin que nadie se los impidiera. Era aquel lugar ahora su hogar, un hogar feliz, a pesar de solo estar compuesto por ellos dos, era todo lo que necesitaban.
Naoya tenía un escaso contacto con su vida anterior, solía hablar con Yuta en algunas ocasiones, aunque nunca le conto que Toji seguía con vida y que estaba con él, Yuta solo sabía que Naoya se había alejado de todos y eso era todo, de igual forma Yuta entendía las acciones de Naoya y le daba su espacio sin preguntar más cosas. Yuta solía informarle de lo que pasaba con ellos, le conto cuando murió Naobito, le conto cuando Megumi e Itadori se comprometieron, le conto cuando la señora Fushiguro pudo rehacer su vida casándose nuevamente con un buen hombre, también le conto como es que él se casó con Maki y tuvieron dos hijos, una niña y un niño. Era una pena para Yuta que no lo tuviera en su boda, pero lo entendía. Naoya estaba feliz de escuchar aquellas noticias, estaba feliz por su amigo que se casó y formo una linda familia, expresándole sus mejores deseos. Todos merecían ser felices.
— Estoy de vuelta en casa. — Se escucho la voz de Toji entrando a su hogar por la puerta del patio trasero, llegando a la parte de la cocina. Miro a Naoya cocinando carne en una cacerola, así que se acercó a él por detrás abrazándolo. — Estaba ansioso por volver contigo.
— También te extrañe, Toji, las pocas horas que sales a trabajar me parecen eternas. — Giro su rostro viéndolo, luego le sonrió, dándole un pequeño beso sobre los labios.
Tenían una vida sencilla, pero eso era lo de menos, estar juntos era lo que importaba para ambos, por fin, por fin podían ser felices, y así fue por el resto de sus días.
FIN. ♡
Nota: ayyy lloró, pero siento lindo al terminar esta historia me divertí mucho escribiéndola y quiero agradecer a todas las personas que dieron su apoyo ya sea leyendo, votando y/o comentando son un amors. 💞
Estoy trabajando en una nueva historia de esta misma pareja así que espero subirla en la próxima semana . 🙏
Nota2: quería subir esta actualización ayer pero no pude por algunos problemas con mi laptop:(
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Clandestino. ♡▕ ToNao / Toji x Naoya. ๑ Jujutsu Kaisen.
Fiksi PenggemarUna realidad donde Toji Fushiguro pudo vivir una vida feliz junto a su esposa e hijos, pero todo se vuelve distinto cuando un reencuentro cercano con su primo menor ocurre una noche cualquiera. 👍