Beatriz llegaba a la estación, las cajas de evidencia ya la esperaban en su oficina
《Que problemático》Pensó al entrar y ver cajas de archivos apiladas frente a ella, los cartones amarillos estaban repletos de folders, registros académicos, certificados médicos, pólizas de seguro, actas de nacimiento, fotos, y unos casetes con nombres.
Sacó los casetes de las cajas de cada chico.
—¿Margarita?— Preguntó asomando la cabeza de su oficina esperando ver a la castaña
—¿Si?— Respondió la recién egresada sacando la cabeza de la montaña de papeles, odiaba patrullar con el imbecil de Juarez.
—No encuentro los casetes de Nadia Arboleda— Dijo ganándose una mirada confusa de la más joven ¿Quién usaba casetes en estos días? —¿Podrías ir a preguntar a los archivos? Posiblemente quedaron en otra caja— No le gustaba desconfiar, pero sabia que Tellez y Fragoso podían ser muy desorganizados
—Si, lo que sea por dejar este papeleo— Suspiro aliviada de que la mandaran a otro lugar
—Novata, aun no terminas esos papeles, el jefe los quiere listos en 10 minutos—
—Lo siento Juarez, ordenes de la jefa— Ahora Beatriz podía sentir la mirada de fastidio de Juarez sobre ella
—¿Qué? Viéndome no se van a acabar esos papeles— Juarez solo giro los ojos y se sentó a hacer su trabajo, de muy mala gana
Al rato regreso Margarita con las grabaciones, resulta que habían visto como innecesario el darle el material, pues Nadia estaba viva. Ahora con esa pequeña caja su oficina se veía más deprimente que antes.
Sin más tiempo que perder, Beatriz le dió un sobro a su café y comenzó a inventariar la evidencia, ¿Le estaba haciendo al wey? Si ¿Procrastinado? Efectivamente, al menos hasta que diera la hora de visitas en el hospital, era para atraer la menor atención posible hacia la pequeña de once años, ya se le veía muy frustrada con no haber podido morir junto con los otros nueve
¿Qué debía hacer? Su única testigo no cooperaba, la hija de un multimillonario estaba muerta e involucrada en todo ese desmadre y otras dos víctimas parecían estar vinculadas a una banda criminal ¿Podía ir peor? Si, el caso tenía toda la atención de los medios—Y me avientan toda esta mierda a mi por mi ascenso reciente, dios llévame— Dijo para sí misma mientras veía las fotos de los chicos, su atención estaba en una especifica, los diez aparecían ahí, en una pequeña casita de madera, sonriendo, Uriana sostenía la cámara y hacia el símbolo de paz con sus dedos, Avery apuntaba con su dedos medio a la cámara con un semblante divertido, Ian y Uriel sonreían sin mostrar los dientes, Samuel abrazaba por la espalda a Fariah, quien se lo intentaba sacar de encima, Clara y Akemi aunque mantenían su distancia del resto se mantenían con una mirada alegre, Patric estaba acostado sobre las piernas de Avery sonriendo con los ojos cerrados, 《Que sinico se ve》 Pensó Beatriz sonriendo levemente, y Nadia estaba felizmente abrazada de Uriana, era la unica que no veía a la cámara, la veía a ella.
Regreso su vista a los documentos y tomó el de Nadia, la pequeña Nadia Arboleda, once años, lleva en el orfanato desde los tres, sus padres no plantaron cara a pesar de no estar muertos, ha sido acogida por 15 familias en los últimos 7 años, sin hermanos o más familia conocida además de sus padres, estudia en el colegio público número 13, alumna de excelencia y con una salud destacable, al menos hasta lo de tres noches atrás
《¿La estaremos presionando mucho?》 Beatriz había estado donde Nadia, sus padres la habían abandonado desde bebé y nunca intentaron contactarla, al menos eso le dijeron sus padres adoptivos, pero nunca estuvo en el centro de un suicidio colectivo. Era verdad que Nadia no era muy comunicativa, pero no era una niña grosera, las enfermeras hablaban maravillas de ella, que si muy calladita, que si tomaba los medicamentos sin chistar, que si sus platos siempre estaban vacíos y que se dejaba hacer, para Beatriz eso solo era parte del sistema de defensa de Nadia, sistema que le costó varios años abandonar a Beatriz, quizás sería un buen punto de inicio.
Pulso la grabación número uno, de Uriana, las grabaciones estaban etiquetadas con números del 1 al 12. En la grabación se esuchaba:
—Cuando escuchas la palabra suicidio, ¿Qué es lo primero que se te viene a la mente?
《Ella lo prometió》
—Que idiota, por supuesto que es Uriana, niña lista— Se regaño tomando su abrigo para salir rumbo al hospital, no sin antes llevar la foto con ella y pausar la grabación.
De camino compró unos gomitas de oso, algo dulce para tratar de alegrar a la niña...
Beatriz regresaba a la estación, había tenido una platica "casual" con Nadia, quien aun no quería decir nada, pues decía que "el señor" podría tener a alguien vigilandolas, Beatriz en un inicio pensó que se refería al ser superior, pero no, la niña estaba aterrada por algo físico, no por una creencia.
Al final Nadia terminó con un colapso nervioso, lo que hizo que sacaran a Beatriz de la habitación, le daría las gomitas en otro momento.En la lista de víctimas tenía a dos posibles sujetos de interés en otros casos, Avery Carleon y Samuel Navarra. Ese par se había hecho de varios enemigos con el tiempo, Samuel había venido del extranjero por lo que contactar a su familia iba a ser toda una travesía, mientras que el hermano de Avery estaba desaparecido desde hacía unos días.
Estaba seriamente atascada, el maldito caso estaba atascado y para colmo era la unica trabajando en el, por lo que no podía perder su tiempo, especialmente con el señor Wildfire respirandole en la nuca al departamento, le urgian nombres y lugares, Nadia era la unica que podía decirle con exactitud a quienes buscar, pero si la niña no hablaba tendría que ir ella misma.
Tomo sus cosas para nuevamente salir, tendría que hablar con la gente del orfanato primero si quería saber el motivo por el cual Nadia se rehusaba a hablar.
Gritos Ahogados
Reescritura
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Gritos Ahogados
Teen FictionLOS HECHOS NARRADOS EN ESTE LIBRO SON COMPLETAMENTE FICTICIOS, AL IGUAL QUE SUS PERSONAJES, FECHAS Y LOCALIZACIONES 10 chicos, un año, una noche. La edad y el género es irrelevante cuando quieres dejar de sufrir. Darle un ultimátum a su sufrimiento...