Capítulo 3

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Beatriz se había quedado un rato más en el cuarto de Nadia, al menos hasta que llegó Andrea, lo que fue una total, sorpresa para Nadia quien recibió un un gran abrazo a su maestra favorita, lo que le dió a la oficial la indirecta de retirarse, además ya se le estaba haciendo tarde para ver a los brabucones de Ian.

En el auto chocó la cabeza contra el volante sonando por accidente el claxon, lo que llamó la atención de algunos de los transeúntes, sin perder más tiempo encendió el vehículo y salió del estacionamiento rumbo a la estación.

Por la noche le había dado una pequeña vista a, portafolio, casi inmediatamente después de ver la primera imagen le dieron ganas de quemarlo, era una imagen del torso de Avery, tenía marcas de cigarro, mordidas, rasguños y una que otra cicatriz bastante pronunciada, incluso se le hizo ver una quemadura en su hombro. De ahí supo el porque Andrea vio a las cámaras del salón con nerviosismo al entregarle dicho material. Era evidencia de los maltratos físicos, buscaría las imágenes de Ian, si sus compañeros fueron lo suficientemente estúpidos como para golpearlo seguramente Uriana tomó fotografías.

《¿Qué buscas Uriana?》

Al llegar al estacionamiento abrió rápidamente el portafolio, casi sin querer mirar su contenido buscó las fotografías de Ian y las guardo en un folder amarillo, viéndolas lo suficiente como para saber que decir. No había escuchado aún las grabaciones de los chicos, sentía que era algo demasiado privado y queriéndolo queriéndolo no necesitaba a Nadia para ello.

Caminaba por los pasillos de manera distraída, chocando con su antiguo compañero de academia a quien pasó de largo sin mediar palabra, necesitaba todas sus energías para esto.

Caminaba por los pasillos de manera distraída, chocando con su antiguo compañero de academia a quien pasó de largo sin mediar palabra, necesitaba todas sus energías para esto

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¿Los habían atrapado?

Aquellos tres estaban que se morían, esperaban que aquel maestro guardará silencio con el dinero que le dieron, pero al parecer habían robado de las cuentas de banco de sus padres en vano, al final se habian dado cuenta de que compraban algo de hierba. Si sus padres se enteraran, estarían muertos.

La llamada de la detective Montreal los había tomado por sorpresa aquella noche en casa de Emmanuel, los había citado, sin embargo los estaba haciendo esperar

—¿Cuánto piensa tardar esta mujer?— Pensó en voz alta uno de los padres

—Seguramente no es nada— Contestó su mujer

En ese momento se abrió la puerta de la pequeña sala que sería usada para el interrogatorio

—Perdón por haberlos hecho esperar, vengo de ver a una de las víctimas— Dejando el portafolio sobre la mesa, tomo asiento y puso el folder sobre la mesa ganándose la total atención de los nueve presentes

—¿Víctimas?— Dijo sorprendida la señora Lara, madre de Socorro.

—Si, la razón por la que los traje aquí es por Ian Ademian— Los tres jóvenes pusieron cara de desentendidos —Lo pondré más fácil, ¿Saben porque cometió suicidio?— Los padres abrieron los ojos con sorpresa

Gritos AhogadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora