—¿Qué?—
Beatriz había sido recibida por Nadia, quien empezó a recitar lugares y nombres
—Son los nombres de sus padres y el hermano de Avery, y son lugares a los que íbamos...donde pasaron...cosas ¿Sabe?— Dijo Nadia ladeando la cabeza a un lado con la voz un poco más alta de lo usual, al menos desde la perspectiva de Beatriz quien sentía que Nadia gritaba.
Beatriz estaba sorprendida, por decir lo menos, nunca pensó que Nadia fuera a decir algo, bueno, algo que no fuera "ella lo prometio" y más aún sin la necesidad de usar calmantes, ¿Qué pasó anoche para generar este cambio?
—Bien, entonces, Calle Abedul #45 es la casa de Ian— Nadia asintió —¿Quién vive ahí actualmente?—
—Su abuela, Martha Ademian— Beatriz lo anotó —Y su cuidadora, si es que no la ha cambiado, Maria—
—¿Maria tiene apellidos?— Nadia negó —En la madre— Pensó Beatriz
—Samuel...su familia vive en otro país, nunca nos dijo cual, pero siempre llegaba junto con Avery a todos los lugares...así que para ambos sería León Carleon Morales, usa un seudonimo, Kid me parece— Nadia cambió rápidamente de sujeto —No se donde vive, pero Avery siempre decía algo como "te veo en la caldera" y ambos había veces un olían raro, como a humo, pero no de cigarro— Beatriz anoto sigilosamente
= posible comercio y consumo de drogas=
El seudónimo de Kid le sonaba, y más aún el nombre, tendría que preguntarle a Virginia por el expediente del chico, si tenia actividad criminal debería de haber algo suyo en los registros.
Estuvieron un rato más hablando de eso, con pequeñas pausas para que Nadia pudiera recordar mejor. Sería más difícil encontrar a las familias de Samuel y Fariah, pues los primeros mantenían un contacto casi nulo con su hijo y la familia Alabi Gattas había regresado a su país de origen ni bien se declaró muerta a su hija, vaya padres. Por su parte no había nadie a quien recurrir de parte de Uriana, no era cercana a nadie, preguntaría a los padres de Uriel por actitudes extrañas de su hijo, y a su novio, alguno tendría que cooperar. De Clara no dijo mucho, solo que de preferencia hablara con sus hermanos, los dos mayores, sin que sus padres supieran, de preferencia, con Patric fue más fácil, le dijo que el inconveniente podrían ser sus hermanos menores, eran muy protectores con el mayor, igualmente los padres de Akemi, cooperarian sin ningún miramiento.Con esta información e intentando aprovechar la naciente confianza de Nadia cambió el tema, aun tenía tiempo para regresar a la estación
—Entonces te van a dar de alta en una semana— Dijo recibiendo un asentimiento de parte de Nadia
—Si, aun no se si voy a ser reubicada...con otra familia—
—Parece que no te agrada mucho la idea—
—No— Negó la pelinaranja
—El sistema, hay muchas veces en las que no toma las mejores decisiones, pero, es mejor ser ubicada con una familia que pasar años dentro, lo digo por experiencia— Comentó Beatriz ventilando un poco de su origen
—¿A usted también...también la tenían?— La de ojos verdes no podía con la sorpresa
—A mi caso aplica lo de "la tercera es la vencida"— Sabía que esto sería un paso al corazón de la pequeña asustada frente a ella, pero no sabia que tan seguro sería hacerlo, así que tomo una gran bocanada de aire y comenzó
—Cuándo yo era bebé, mis padres me abandonaron— Jalo aire y cerró el cuaderno, cruzándose de piernas —Simplemente me dejaron botada en una gasolinera en pleno invierno, el lugar no tenia cámaras y la ciudad es demasiado grande como para buscar casa por casa, así que fui ingresada al sistema, cuando cumpli un año fui asignada a una pareja joven, que buscaba un bebé— Nadia presentía a donde iba todo eso —Pero ni bien se enteraron de que podían concebir por su cuenta, fui devuelta, como si nada, Mariana y Bernabe, esos eran sus nombres— Algo de resentimiento se asomo en la voz de Beatriz.
Nadia la vio con ojos de preocupación, Beatriz levanto la mirada y le sonrió y continuó —A los 7 me volvieron a llevar, esta vez una pareja mayor que había perdido a una hija, Cecilia y Domingo, desgraciadamente el señor enfermo y no podían mantenerme y cubrir los gastos al mismo tiempo, así que fui regresaba, una segunda vez, solo que esta si pude recordarlo, dure 3 años bajo su cuidado, pasaron otros cinco años hasta que me adoptaron por tercera y última vez, y yo no deshice las maletas durante un año, no dejaba que me compraran nada, con lo que me compraron Cecilia y Domingo me había complicado mucho cuando fui reingresada, así que no confiaba en ellos—Beatriz hizo una pausa para relajar el nudo que empezaba a distorcionarle la voz
—Nunca me regresaron, Jacinto y Sofia, son los nombres de mis padres, tarde en irme de su casa a pesar de que ya tenía un trabajo estable, sentí que había pasado mucho tiempo preocupada porque me fueran a dejar que no disfruté muchas cosas con ellos, aun así estoy feliz de que no me hayan regresado, no se si hubiese podido ingresar a la academia de policía sin su apoyo—
Beatriz terminó, encontrándose con los ojos verdes de Nadia, que parecían estar perdidos en el espacio, vio el reloj y se dió cuenta de que ya debía irse.
—¿Cree que esta vez sea diferente?— Preguntó Nadia con la voz pequeña, Beatriz intento apelar a su razón y no hacer contacto físico con ella, por sus reacciones pasadas, pero esta vez solo pudo abrazarla. El pequeño cuerpo de Nadia se tenso al sentir el contacto de la policía bonita, hasta que percibió su aroma, un perfume de naranja, abrazo a la mayor escondiendo su rostro entre su abdomen y brazo
—Quizás, si permites que lo sea, quizás pueda ser diferente— Nadia supo que había leído su expediente, ella era una escapista experta, siempre huyendo de las casas, para buscar a sus padres biologicos y con suerte, encontrar una explicación.
Se quedaron abrazadas hasta que Nadia se quedó dormida, Beatriz la acostó y tapo con sumo cuidado de no despertarla y salió de su habitación.
En el pasillo las enfermeras y doctores la despedían, las visitas de la detective Montreal ya se habían hecho habituales, y dentro de una semana más, se detendrian.
Esa tarde al llegar a la estación vio a Benjamin saliendo de su oficina, pero volvió a pasarlo de largo, en otro tiempo habría estado encantada de que ambas oficinas quedarán a escasos metros de distancia, sin embargo hoy resultaba un tormento.
—Hola Beatriz, buenas tardes— Dijo algo sarcástico cortando su paso
—Detective Argan, buenas tardes, permiso— Respondió fingiendo una sonrisa
—Sabes, estaba pensando que ahora que vas a hacer más trabajo de oficina podríamos ir por un café o a cenar, ya sabes, por los viejos tiempos—
—No gracias detective, estaré ocupada con el caso del suicidio colectivo— Beatriz entro a su oficina sin siquiera molestarse en despedirlo o siquiera verlo directamente a la cara, si en algún momento fue su amigo, hoy no lo conocía, le daría la espalda, como el lo hizo ni bien se graduaron.
Entró y vio esa grabadora, aún con la voz de Uriana atascada en su interior
《Eres policía Beatriz, no puedes titubear tanto》
Encendió aquella grabadora y se dejo llevar por la voz de la adolescente
Gritos Ahogados
Reescritura
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Gritos Ahogados
Teen FictionLOS HECHOS NARRADOS EN ESTE LIBRO SON COMPLETAMENTE FICTICIOS, AL IGUAL QUE SUS PERSONAJES, FECHAS Y LOCALIZACIONES 10 chicos, un año, una noche. La edad y el género es irrelevante cuando quieres dejar de sufrir. Darle un ultimátum a su sufrimiento...