Tsukki miró su celular una vez más, releyendo la conversación por texto que tuvo el día anterior con la pequeña artista que rondaba su mente una, y otra vez, sin descanso. No pensó que fluyera tan bien, tanto así que ahora estaba a la salida de la escuela recostado del muro, esperándola para ir a comer algo. El entrenador Ukai les había dejado ese día libre al equipo para que recuperaran el ánimo luego de tal derrota, y no pensaba desaprovecharlo, aunque tampoco imaginó que acabaría saliendo con ella... Como amigos, claro está.
Estaba nervioso. Su exterior aparentaba estar igual que siempre, pero por dentro su corazón latía apresurado, y las tripas en su abdomen hormigueaban demasiado, tanto así que le daban ganas de golpearse y acabar con ello. Para su desgracia, solo pensaba en miles escenarios que podrían arruinarlo todo, volviendo su salida de amigos en un desastre total, consiguiendo además alejar a la chica con ojos de diamante.
Deseaba estar con Yamaguchi en ese momento. El pecoso sabría qué decirle, o al menos intentaría darle ánimos para quitar todas aquellas inquietudes de su camino; sin embargo, se había ido corriendo una vez sonó el último timbre, y solo le dijo que tenía algo que hacer.
Respiró profundo varias veces con los ojos cerrados, en busca de tranquilidad, aunque todo se fue al garete cuando dos toques delicados en su brazo llamaron su atención, y lo obligaron a voltear a la izquierda. Allí estaba ella, sonriendo con verdadera felicidad. Sus delicados dedos estaban apretando las asas de su mochila, balanceaba su cuerpo de adelante a atrás como en un juego de niños, los ojos zafiro estaban radiantes con la luz del sol de la tarde, pero lo que más le impactó al de cabellos color dorados, fue el cambio de look tan drástico de la más baja.
Kei estaba acostumbrado a ver a Koemi con su clásica trenza, o en su defecto con una coleta alta, eran peinados que despejaban su rostro, a pesar del flequillo en cortina que siempre quedaba a su libre albedrío; no obstante, ahora tenía frente a si a una Izanami con el cabello totalmente suelto, y el fleco recogido con unos pequeños ganchitos de margaritas. Lo más cerca a verla con el cabello libre bajo la brisa veraniega era en educación física, cuando la coleta estaba por salirse de su sitio, ahí era cuando él entraba al rescate, dándole una goma nueva así no la necesitara; sin embargo, no era lo mismo verle el pelo alborotado y empapado en sudor, a apreciarlo arreglado y sedoso.
¿Lo había cambiado antes de salir de clase? Él recordaba haberla visto como siempre en todo el día.
Desvió la mirada al sentir las mejillas calientes, le daba vergüenza que Koemi viera la cara de imbécil que puso, y solo alcanzó a hacerle una seña con la cabeza para empezar a caminar colina abajo, directo a una cafetería. Izanami apretó los labios andando detrás de él, pensaba que no le había gustado su peinado y comenzaba a arrepentirse de soltarlo en los baños a la salida. ¿En qué estaba pensando Fair cuando le dijo por texto que era buena idea? Peor aún, ¿en qué estaba pensando ella para seguirle la corriente? Mirando al suelo suspiró, cosa que llegó a oídos del más alto.
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𝐇𝐄𝐘 𝐒𝐓𝐔𝐏𝐈𝐃, 𝐈 𝐋𝐎𝐕𝐄 𝐘𝐎𝐔 ›› Tsukishima Kei
FanfictionSi le dieran una moneda por todas las veces que pensó que tendría un romance adolescente, no tendría ninguna. Algo triste, pero Izanami Koemi nunca se imaginó que su primer año de secundaria parecería una comedia romántica, que comenzó en la Clase 1...