Harry Potter y el Mounstro de Slytherin

Juegos de Poder

CAPITULO 4

3 de septiembre, 1992

Sólo le tomó dos días a Harry darse cuenta de que este año iba a ser diferente.

Era fácil volver a la rutina de clases y tareas. Toda la escuela pasó un día hablando sobre el dramático choque de Ron y Jules contra el Sauce Boxeador y las detenciones posteriores, y la gente que hablaba de Jules Potter le resultaba familiar. Harry se sentía más cómodo en su dormitorio, incluso con Malfoy y los bizcochos al otro lado del pasillo, que en la antigua habitación de Charlie en la Madriguera. Pero ahora estaba en segundo año, y eso significaba que había perdido la protección del anonimato de primero, lo que quedó muy claro cuando alguien le lanzo un petrificus totalus por detrás una mañana. Harry experimentó la sensación claramente desagradable de sus brazos y piernas trabados a los costados; se inclino lentamente hacia delante y cayó al suelo con un crujido.

Theo lanzó el contrahechizo. Harry se puso de pie, se quitó las gafas, murmuró reparo, se las volvió a poner y se tapó la nariz sangrante. Realmente necesitaba aprender hechizos curativos en algún momento.

—Simon Fentiss, —dijo Theo brevemente.

Harry entrecerró los ojos—. Ustedes dos sigan adelante.

Le tomó treinta minutos y se saltó Historia de la Magia, pero Harry logró entrar primero a los dormitorios de quinto año y luego pasar los encantamientos en la cama y el baúl de Fentiss. Había pasado bastante tiempo durante el verano estudiando hechizos de protección y cómo romperlos. Se necesitaron cuatro hechizos ilegales para entrar, pero luego Harry tuvo acceso ilimitado a las cosas de Fentiss.

Dejó tres Picaduras Hirvientes de Fred y George en un rincón del cajón de Fentiss, envueltos en papel como si fueran caramelos. Se extendió cuidadosamente crema para la picazón de Gambol y Japes sobre las almohadas y el interior de todos los calcetines y la ropa interior limpia de Fenstiss. Un encantamiento de revuelo convirtió cuatro ensayos a medio terminar en una incomprensible sopa de letras. Cerró con un maleficio todos los libros del chico mayor, un truco que Fred y George hacían regularmente con los libros que Percy dejaba en la cocina, y con una sonrisa desagradable, Harry usó diffindo para debilitar las costuras de todos los pantalones del chico mayor y las dos mochilas en su baúl hasta que apenas se mantuvieron juntos.

Cuando terminó, dio un paso atrás y cuidadosamente volvió a tejer todos los hechizos de protección alrededor de la cama. Algunos de ellos no los pudo lanzar, pero casi todos los volvió a colocar en su lugar; aparentemente Fentiss no era un gran mago.