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Cᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ᴛʀᴇs | 𝗗𝗨 𝗕𝗜𝗦𝗧 𝗠𝗘𝗜𝗡


TOM'𝗦 𝗣𝗢𝗩

Acabé de contar por segunda vez la cantidad de planillas firmadas dentro de la carpeta y definitivamente, faltaba una. Busqué entre los demás papeles puestos sobre mi escritorio para asegurarme de que no se me hubiera mezclado junto con algún documento, pero nada.

—No está.

Tomé el teléfono fijo para marcarle a la secretaria Howard pero luego de escuchar el timbre sonar desde el otro lado y no recibir respuesta decidí esperar un poco. Probablemente había ido por algún café.

Giré el sillón en el que permanecía sentado y aparté un poco las cortinas de la ventana, desde donde estaba podía observar el extenso patio del colegio y hacer esto cada día me despejaba cuando lo necesitaba. En la pista de atletismo un grupo de alumnos corría incesante y supe que eran de último año porque el cabello rubio de Luke se exhibía como si fuera una una luz muy brillante.

—Éste niño. –Negué.

Cuando completaron la última vuelta todos se esparcieron y pude ver a Matthew hablando con Elissa en las gradas pero en cuestión de instantes se fue, dejándola sola. Suponía que si ya se había incorporado de nuevo a las clases de John, era porque estaba completamente sana. Ya había pasado una semana después de todo.

Me alegraba por ella.

De pronto volví a recordar sus grandes ojos azules y la mirada tímida con la que me veía en silencio mientras escuchaba atentamente, sentada frente a mi escritorio. Mis labios se curvaron en una media sonrisa de forma automática con solo pensar en ello y sacudí la cabeza para espantar aquellos pensamientos que últimamente me acechaban más de lo que me gustaría.

Elissa es una niña, imbécil. Traté de darme un estate quieto. Así es como debería permanecer ante tus ojos.

Las imágenes de aquel contraste entre su rostro delicado que reflejaba inocencia y el cuerpo dentro de ese vestido negro que delineaba su curvas me hicieron tragar duro.

—Bueno, ya –dije para mi mismo, pero mi mente parecía no querer hacerme caso y vino a mi, ésta vez la imagen de sus labios rojos perfectamente delineados y ligeramente abiertos.

—Tiene la edad de mi hijo y está en el mismo colegio, es suficiente motivo para sacármela de la cabeza, ya.

Cerré las cortinas y caminé hacia la puerta para salir de mi despacho. Tenía que volver a lo mío y encontrar la bendita hoja que me faltaba.

Pasé a la oficina de la secretaria Howard a corroborar si ya había vuelto, pero el lugar seguía vacío, así que hurgué entre los papeles de su escritorio con cuidado de no dejar nada fuera de lugar al terminar de buscar.

Tres golpes sobre la madera de la puerta me interrumpieron. Giré y vi a Shiori recostada por el marco, mirándome fijamente, de esa forma que me ponía demasiado incómodo.

Aquí vamos de nuevo.

—Señorita Minatosaki, si busca a la secretaria Howard creo que ha llegado en un momento equivocado, ella no está hablé, simulando seguir con lo mío.

𝗗𝘂 𝗯𝗶𝘀𝘁 𝗺𝗲𝗶𝗻 ; 𝘛𝘰𝘮 𝘬𝘢𝘶𝘭𝘪𝘵𝘻.(cancelada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora