𝗗𝘂 𝗯𝗶𝘀𝘁 𝗺𝗲𝗶𝗻 ; 𝘛𝘰𝘮 𝘬𝘢𝘶𝘭𝘪𝘵𝘻.(cancelada)

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Cᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ sᴇɪs | 𝗗𝗨 𝗕𝗜𝗦𝗧 𝗠𝗘𝗜𝗡

ELISSA'S POV

Nuestras sombras se alargaban sobre la acera, iluminada por los faros de luz a medida que caminábamos cuesta arriba en el barrio para llegar a mi casa. La temperatura había descendido un poco al caer la noche y la ventisca golpeaba mi rostro mientras avanzaba en silencio a lado de Matthew.

Como era costumbre, al salir de la cafetería Matt a decidió acompañarme hasta la puerta de mi casa para asegurarse de que llegara con bien y luego emprender el camino para ir a la suya, que quedaba unas cuadras más adelante.

-¿Crees que aún siga allí? -inquirió mi mejor amigo, rompiendo la silenciosa atmósfera entre los dos. Sabía que con esa pregunta se refería a Peter.

-Probablemente se quede a dormir. Es sábado, solía pasar los fines de semana en mi casa y con eso de que mi mamá ya me avisó que lo visitará de nuevo, estoy segura de que hoy no será la excepción -respondí, soltando un largo suspiro, para luego meter mi brazo en el hueco que me había hecho Matt con el suyo al colocar sus manos en el bolsillo de su campera de cuero, así que me aferré un poco más a él en lo que seguíamos avanzando, esta vez con nuestros pasos yendo sincronizadamente.

-Es un desvergonzado, aún estoy sorprendido por lo que hizo el otro día.

-Lo es.

-Nini, llámame si ocurre algo ¿De acuerdo? Vendré por ti inmediatamente. Ese hombre es un imbécil y no me da confianza. -Matthew ya se había enterado de lo sucedido la última vez que mi mamá y Peter terminaron su relación. Se lo tuve que contar cuando me inventé la excusa de que las fotos del director Kaulitz eran para ella y no para mí. El seguía preocupado por lo que fuera a ocurrir un día si ese hombre llegaba a ponerse nervioso de nuevo y honestamente yo también. No me cabía en la cabeza las razones de mi madre para exponernos a alguien así, pero que más podía hacer con todo esto, si no esperar a que no se volviera a repetir y esta vez no tendría dudas en llamar a la policía.

Todos se daban cuenta de lo idiota que era Peter. Todos, menos mi madre.

-Lo haré, Matti.

Cuando nos acercamos a la entrada, nos detuvimos y giré para abrazar a Matthew.

-Gracias por acompañarme a casa. Envíame un mensaje cuando llegues ¿De acuerdo?

-Lo haré, Nini -Matthew apretujó entre sus brazos y reí cuando dejó un sonoro beso en mi frente. - Nos vemos.

-Adiós Matt -. Se despidió de mí y cuando se separó recosté mi cuerpo por las rejas del portón para verlo alejarse.

Mientras Matthew caminaba, giró una última vez y levantó la mano moviéndola de un lado a otro para despedirse de nuevo y yo hice lo mismo, hasta que ya no distinguí su imagen en la oscuridad a medida que se iba y finalmente entré a casa.

-Estoy en casa -dije, quitándome los zapatos en la puerta. Levanté la mirada vi a Peter con uno de sus brazos puestos sobre los hombros de mi madre.

Rodé los ojos.

Se encontraban sentados en el sofá, mirando algo en la televisión mientras comían palomitas de maíz. Se veían como si todo estuviera bien, como si la vida entre ellos fuera perfecta y él no hubiera venido a la casa hace unas semanas a hacerle un escándalo y a estar al borde de golpearla.

-Hola hija -respondió mi mamá.

-Hola Elissa -agregó Peter, metiéndose un puñado de palomitas a la boca.