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—¡Haerin! —el llamado de la pelinegra hizo que la mencionada se tensara un poco. Le dio una mirada rápida y luego se apegó más al brazo de Hanni—. ¡Haerin! Necesitamos hablar.

La vietnamita, quien venía en silencio junto a su amiga, no pudo evitar entrar en pánico cuando observó el rostro adverso.

—¡Dios! ¡¿Danielle, quién te hizo eso?! —de manera inconsciente se acercó a la australiana, y Hae de inmediato se separó de Hanni, quedándose estática en su lugar.

—Nada, no es nada —se limitó a decir, intentando acercarse a Kang.

—Ya no mientas. ¿Peleaste con alguien? —le reprochó, deteniéndola al sujetar su muñeca—. Pensé que ya habías dejado esas cosas, Marsh.

—Ese es mi maldito problema —alzó la voz, mirando fijamente a la mayor—. Gracias por preocuparte, pero en serio necesito conversar con Haerin.

—¿Haerin? —repitió—. Hey, ¿sabes lo que le pasa? No ha querido decirme nada y vino muy mala la siguiente clase.

—Justamente por eso... —ladeó levemente su cabeza, intentando mirar a la chica—. ¡Maldita sea, se fue! —maldijo exasperada.

—Espera, tienes que calmarte que gritando no lograrás nada —le explicó serenamente—. Además debes decirme qué es todo esto. ¿Haerin está así por qué discutieron? ¿Es grave?

Danielle aspiró y exhaló el aire con profundidad, intentando no llamar la atención de los demás.

—¿Siempre soy yo el problema, verdad?

—¿Qué? Yo no dije eso, Danielle-ah —la soltó de inmediato, intentado analizar los gestos del rostro contrario.

—Siempre termino por arruinar las cosas —sonrió con desánimo—. Hanni, la historia es algo larga. Pero ahora no puedo contártela, primero necesito hablar con Haerin.

—Pero como tú has visto, te está evitando.

—Lo sé, joder, lo sé —susurró, cogiendo los mechones de su cabello en ambas manos—. Pero no puedo dejar las cosas así, ella debe escucharme al menos.

—Veré si puedo hablar con Haerin —suspiró—. Durante toda la mañana ha estado muy rara y no me a dicho el porqué.

—No, Han. Puede sentirse incómoda —frunció el labio.

—Es mi amiga también, así que es normal que me preocupe por ambas y que les hostigue con tal de saber si puedo ayudar en algo.

—Hanni.

—Ok, ok... Solo le hablaré al respecto, sino quiere explicarme no la obligaré. ¿Feliz?

—No estoy nada feliz, pero creo que puedo aceptar eso —se encogió de hombros.

—Está bien, hasta luego —la mayor hizo el ademán de irse, pero esta vez fue Danielle quien la detuvo.

—No, espera, yo también iré.

—¿Ah? —la miró confundida—. No, Danielle. Acabas de decir que no quieres que Haerin se sienta incómoda, espera al menos hasta mañana. No insistas por favor, creo que lo de hoy fue más que suficiente para ambas.

Danielle hizo un pequeño mohín de disgusto y suspiró fuertemente.

—Supongo que tienes razón, pero tú tampoco la agobies si se cierra a hablar sobre el tema. ¿De acuerdo?

—Totalmente de acuerdo —le sonrió brevemente, posando su mano en el hombro derecho de su amiga—. Ánimo, Danielle-ah, sé que lo sea que haya pasado entre ustedes, va a solucionarse pronto.

sucker for you; daerinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora