𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐒𝐈𝐄𝐓𝐄.

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-Okay si pero tú qué consideras que es mejor ¿Cebollitas o papas?

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-Okay si pero tú qué consideras que es mejor ¿Cebollitas o papas?

Alexis me miraba con seriedad a mi lado y yo abrí ligeramente mis ojos con sorpresa.

¡¿Cómo se le ocurría preguntarme eso?!

-¿Por qué eres tan cruel?

Katia y doña Lety rieron de mi respuesta la cual tarde segundos en formular y mire como Alex trataba de no reír.

-No puedes ponerme a elegir algo como eso, ¡Eso es cruel!

-No, no, cariño piénsalo, vamos si debes tener una respuesta.

Dió unas ligeras palmadas en mi hombro y volvió a insistir tratando de no perder ese tono serio y volví a pensar unos segundos.

A ver si era una decisión difícil, ¿Okay?, una carnita asada no sería una carnita asada sin ninguno de esos dos.

-Creo que las cebollitas, las papas de vez en cuando las como pero por alguna extraña razón me produce dolor de cabeza, en cambio las cebollitas no.

Él asintió de acuerdo y se giro a ver a su madre y hermana.

-¿Ven? Les dije, me llamaron loco.

Ellas rieron y yo fruncí el ceño.

-¿A qué te refieres?

-Uy, esto estará genial.

Katia le dio un sorbo a su michelada y me miro divertida.

-Por alguna extraña, extrañisima razón Alex te saco en la conversación de hoy en la tarde. Mi madre hizo sopa y el muy menso mencionó que a veces las sopas te daban dolor de cabeza.

Ella mantenia su sonrisa divertida y yo abrí mis ojos con sorpresa.

¡Lo recordaba!

Me gire a verlo divertida y él parecía esconderse entre su bebida y su cabello.

-Bueno pero ya confirmaron que tiene razón, es extraño, algunas comidas me dan dolor de cabeza por ejemplo la discada.

Mire de reojo como Alexis asintió y Katia me miraba como si hubiera dicho una aberración.

-Debes estar bromeando chica, ¿Es enserio?

Asentí y le di un sorbo a mi agua de uva.

-Así como lo escuchaste, es muy raro que una no me de dolor de cabeza.

-Por ejemplo la de mi mami no le da dolor de cabeza.

Asentí a lo que dijo Alex y doña Lety me sonrió.

-Ya seria un pecado si te diera también dolor de cabeza.

-¡Katia!

Reímos al ver como su madre la regañaba y a la vez trataba de no reír, el camarero llego con nuestros pedidos; Alex y yo pedimos el mismo corte, su madre pidió un molcajete y su hermana camarones fiesta. La cena transcurrió tranquila y con risas de por medio, tenía mucho tiempo que no disfrutaba así con la familia Maldonado.

𝐒𝐄𝐄 𝐘𝐎𝐔 𝐀𝐆𝐀𝐈𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora