Tributo a nuestro amor adolescente: Un amor eterno.

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V. Madre
Cuando llamaste a mi puerta,
yo te acogí en silencio,
después, no quise que el agua,
borrara tu perfume de mi cuerpo.

V. Hijo
Cuando llamaste a mi puerta, con dulzura te acogí,
en silencio, mi corazón latía de emoción como si este, hubiera tomado alguna bebida.
después no quise que el agua, tu perfume borrara,
pues deseaba que en mi cuerpo, tu esencia se quedara.

En cada palabra, en cada mirada,
sentí que el destino nos había cruzado en esta alborada.
tu voz como un susurro, me envolvía,
y en cada encuentro, mi alma sonreía.

En cada verso, en cada estrofa,
expresaré las emociones que en mi ser provocas.
Te contaré de mi especial sentir,
y mis palabras fluirán sin fin.

Tu llegada a mi vida fue como un regalo divino,
cada momento contigo es un tesoro genuino.
En cada abrazo, en cada caricia,
sentía que tu amor se convertía en mi nueva delicia.

Tu perfume, como un hechizo me envolvía,
y en cada instante, mi corazón latía.
No quería que el agua, tu esencia se llevara,
pues en mi piel tu aroma ahora perduraba.

Cada emoción, cada sentimiento,
en estas palabras demuestran mi vencimiento,
la alegría, la pasión, el anhelo,
en cada verso, se despliegan con gran revuelo.

Mi pluma danza al ritmo de tus latidos,
y en cada palabra, se dibujan nuestros destinos.
En cada estrofa, en cada verso,
expreso el amor que en mi pecho llevo inmerso.

Cuando llamaste a mi puerta, con dulzura te acogí,
en silencio mi corazón latía, de emoción me invadí.
No quise que el agua, tu perfume borrara,
pues en mi cuerpo, tu esencia se quedará.

En cada palabra, en cada mirada,
Sentí que el destino nos había cruzado en la alborada.
Tu voz, como un susurro, me envolvía,
y en cada encuentro, mi alma sonreía.

En cada suspiro, en cada mirada,
Siento que mi alma contigo está entrelazada.
Cada palabra que escribo es un tributo a ti,
mi musa, mi inspiración, mi razón de vivir.

En cada amanecer, en cada atardecer,
tu presencia en mi vida es un regalo que no logro deshacer.
En cada verso y en cada estrofa,
te expreso como mi amor por ti, brota.

Mi pluma, incansable, sigue su danza,
describiendo la pasión que en mi pecho arrastra.
En cada verso, en cada rima,
mi corazón te nombra y me lastima.

En cada palabra, en cada verso,
te entrego mi amor, sincero y diverso.
Te canto al oído mi dulce amor,
mi eterno sentimiento sin sentido.

Y con este nuevo poema,
le otorgo un tributo a nuestro amor,
que perdurará en el tiempo, sin temor.


El Legado Renacido: Reescribiendo los poemas de mi madre después de 30 Años Donde viven las historias. Descúbrelo ahora