El deseo efímero de ser tu cigarrillo.

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V. Madre
Cuando tienes un cigarrillo en la mano,
Solo pienso en una cosa,
Cari, cuanto me gustaría ser yo ese cigarro,
Para estar entre tus labios.

V. Hijo
Cuando tienes un cigarrillo en la mano,
Mi mente solo piensa en una cosa,
Dios mío, permíteme ser ese cigarrillo
Para ser yo, quien se repose suavemente entre sus labios.

Ser el humo que inhalas con pasión,
Viajar por tu cuerpo y sentir tu emoción,
Envolverte con mi aroma seductor y sutil
Mientras mi esencia penetra tu ser más infantil.

Ser el fuego ardiente que enciendes con destreza,
El calor que te envuelve, la chispa de belleza,
Y a medida que mis cenizas dancen en el aire,
Cada partícula de ese humo, en ti provoque un amor creciente sin cesar.

Cómo anhelo fusionarme contigo así,
En ese instante mágico donde tú y yo somos dos.
Revelarte mis secretos mientras exhalas despacio,
Dejando un rastro de mi pasión en cada uno de tus suspiros atrapados.

Convertirme en esa nube de humo azulino
Que se eleva hacia lo alto sin tener destino.
Y cuando los vientos me alejen de tu lado
Saber que dejé una huella profunda en tu interior como un recuerdo amado.

Pero sé muy bien que soy más que un cigarrillo fugaz,
Soy alguien real, con corazón y voz capaz.
Así como deseas sostenerme entre tus dedos fuertes,
Yo sueño con abrazarte y fundirnos eternamente inertes.

Cariño mío, no me busques en el placer efímero,
Déjame demostrarte cuánto puedo ofrocerte abiertamente.
Porque aunque el cigarro sea tentador e intenso, también es efímero,
Sin embargo, nuestro amor será eterno como el cielo inmenso.

El Legado Renacido: Reescribiendo los poemas de mi madre después de 30 Años Donde viven las historias. Descúbrelo ahora