Nightmares

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𝗧𝗵𝗲𝗿𝗲'𝘀 𝗮 𝗹𝗶𝘁𝘁𝗹𝗲 𝗵𝗼𝘂𝘀𝗲 𝗼𝗻 𝗮 𝗽𝗲𝗿𝗳𝗲𝗰𝘁 𝗹𝗶𝘁𝘁𝗹𝗲 𝗵𝗶𝗹𝗹𝗝𝘂𝘀𝘁 𝘀𝗵𝗼𝗿𝘁 𝗼𝗳 𝗮 𝗳𝗮𝗶𝗿𝘆 𝘁𝗮𝗹𝗲𝗧𝗵𝗲𝗿𝗲'𝘀 𝗮 𝗹𝗶𝘁𝘁𝗹𝗲 𝗰𝗵𝗶𝗹𝗱 𝘄𝗶𝘁𝗵 𝗮 𝗺𝗶𝗹𝗹𝗶𝗼𝗻 𝘄𝗮𝘆𝘀 𝘁𝗼 𝗳𝗲𝗲𝗹𝗖𝗮𝘂𝗴𝗵𝘁 𝘂𝗽 𝗶𝗻 𝗮 𝗵𝘂𝗿𝗿𝗶𝗰𝗮𝗻𝗲


—¿Quieres volver? ¿Por qué?

Con la oscuridad que había en la habitación era algo complicado ver bien la expresión de Mikey, pero la poca luz que se colaba por entre las pequeñas rendijas de la ventana gracias a la de las farolas del parque cercano pudo discernir sus ojos preocupados y confusos. Lo entendía, él mismo se había sorprendido de su repentina necesidad de viajar al pasado, pero estaba convencido de ello.

—Sí —la voz de Takemichi sonaba rota y eso solo incrementó la preocupación del de ojos azabache.

—¿Qué ha pasado, Takemicchi? —preguntó, acariciando sus manos con dulzura.

Para ese entonces ambos estaban sentados sobre la cama y más o menos podían verse con cierta claridad. Takemichi se observa las palmas de sus manos mientras en sus ojos se formaban un par de lágrimas más. Eso no pasó desapercibido por Mikey.

—¿Has vuelto a soñar con... eso?

—Mis manos estaban llenas de sangre y tú... tú me dabas las gracias porque decías que tu vida había estado siempre llena de sufrimiento y yo... yo...—su voz se rompía más, estaba a punto de estallar en llanto. Daba igual cuantos años pasaran.

—Ya está, Takemicchi —murmuró, acariciando una de sus mejillas, tratando de calmarlo. Le rompía verle así.

—Te prometí que te salvaría pero en realidad yo lo que quería es que fueses feliz y no lo hice, Mikey, no lo hice... yo no l-

—Basta —le interrumpió, agarrándole ahora de las dos mejillas para obligarle a mirarla a la cara—. Estoy bien, estoy feliz, más feliz que nunca. Todo va a salir bien, no hace falta volver al pasado, mientras estemos juntos todo va a ir bien.

—¿Y todo el tiempo que hemos perdido?

—¿Y todo el que me has dado? Mi vida era un desastre y viniste a salvarme— su voz sonaba suave pero decidida, odiaba que Takemichi se sintiese culpable tras todo lo que había dado por él y por los demás—. Diste tu vida por mí, más de una vez. Mierda, te disparé y entiendo que tengas pesadillas, yo también las tengo, ya sé que no recuerdo exactamente cómo sucedió, que no era yo si no esa... cosa, pero tampoco puedo olvidar lo que pasó. Mira, esto no se lo he dicho a nadie, pero... —se separó un poco y alargó el brazo hasta llegarle al cajón de la mesita que estaba contra su cama, justo al lado del gran ventanal. Lo abrió y de allí sacó un bote.

𝗣𝗮𝗽𝗲𝗿 𝘁𝗵𝗶𝗻 𝘄𝗮𝗹𝗹𝘀 

𝗔𝗻𝗴𝗿𝘆 𝘄𝗼𝗿𝗱𝘀 𝗳𝗿𝗼𝗺 𝗱𝗼𝘄𝗻 𝘁𝗵𝗲 𝗵𝗮𝗹𝗹𝗦𝗼𝗺𝗲𝘁𝗵𝗶𝗻𝗴 𝗰𝗵𝗮𝗻𝗴𝗲𝗱 𝘁𝗵𝗲𝗺𝗜 𝘁𝗵𝗶𝗻𝗸 𝗮𝗯𝗼𝘂𝘁 𝗵𝗶𝗺 𝗲𝘃𝗲𝗿𝘆 𝗻𝗼𝘄 𝗮𝗻𝗱 𝗮𝗴𝗮𝗶𝗻


Tengo pesadillas. Muy realistas.

Manjiro sabía a ciencia cierta que contarle a aquella mujer todo lo que recordaba -y por suerte solo eso- era completamente estúpido a no ser que quisiese quedarse encerrado en un psiquiátrico.

Supercollide | MaitakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora