The night we met

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The night we met

I am not the only traveler
Who has not repaid his debt

Se pasó todo el viaje en coche con la mirada perdida, clavada en el cristal delantero. Su cerebro se había desconectado parcialmente de la realidad, pero su pecho dolía, quemaba. No fue hasta que llegaron a la entrada del hospital que comenzó a procesar lo sucedido.

Mikey había tenido un accidente. La última vez que le vio estaba sangrando, estaba convulsionando. Seguía vivo, pero ¿seguiría estándolo ahora mismo? ¿Le habría perdido para siempre? Sintió que le fallaban las piernas y tropezó, pero Draken le sujetó.

-¿Quieres entrar? Deben estar dentro ya -le preguntó con la voz suave. Él mismo estaba preocupadísimo, pero mantenía la compostura.

Takemichi asintió y levantó la mirada del suelo para clavarla en el hospital. Le pasaron mil pensamientos por la cabeza, uno de ellos las veces que había tenido que pasar allí cuando era pequeño por la enfermedad de su padre. Nunca le habían gustado los hospitales, pero pasaría todo el tiempo del mundo posible allí dentro luchando contra sus propios demonios si así Mikey mejoraba.

Cuando entraron se sentaron en la sala de espera durante unos minutos que parecieron horas, hasta que apareció Emma con las mejillas y los ojos rojos de tanto llorar. Cuando vio a los chicos mirarla expectantes, esperando algún tipo de información alentadora, se echó a llorar. Draken se levantó con rapidez y la abrazó con fuerzas.

-Ya está, cariño. Estoy aquí. ¿Te han dicho algo?

-Mikey ha... Mikey ha sufrido un derrame cerebral, Kenchin. Se lo han llevado a quirófano, no saben si va a sobrevivir -la voz de la joven salía entrecortada por el llanto.

Takemichi, por su lado, seguía en silencio, llorando en silencio. No podía aguantar el dolor, sentía que le explotaría el corazón. Se levantó y salió de la sala, sofocado. Se quitó la chaqueta, pero sentía que aún quedándose desnudo se moriría de calor. Corrió a uno de los baños y se miró al espejo. Todo su rostro estaba rojo, las lágrimas caían como cascadas. Gritó, gritó con toda la fuerza que sus pulmones le permitían. Golpeó el lavamanos con los puños, lo pateó. Le dio igual que sus nudillos sangraran, el dolor físico era más fácil manejarlo que el inmenso dolor que sentía por dentro.

-No te mueras por favor, no te mueras Mikey-kun... no podría vivir sin ti... no quiero vivir sin ti -pidió entre lágrimas. Se quedó allí por un buen rato hasta que dentro de él ya no quedaba más que un alma rota.

I've been searching for a trail to follow again

Take me back to the night we met

El paso por el hospital fue como una pesadilla hecha realidad. Ya habían llegado todos los que habían asistido a la carrera y, los que no, seguramente no habían sido informados todavía. Takemichi sentía todo su cuerpo temblar, ya no era capaz de derramar ninguna lágrima, se había quedado completamente vacío y sus piernas solo funcionaban para seguir a Shinichiro que caminaba a paso rápido hacia la sala de espera concreta a esperar a que terminase la operación.

Ninguno pudo hacer nada de todas maneras.

Lo poco que pudieron saber fue que el pelinegro estaba semiconsciente cuando llegó. Según comentó uno de los médicos, había sufrido convulsiones también de camino al hospital y, aunque necesitaban hacer pruebas, era muy probable que hubiera sufrido daños a nivel cerebral debido al ictus. Era mucha información como para que ninguno de ellos pudiera procesarla en ese momento. Dijo que la prioridad era que el chico sobreviviera, que tras la operación tendrían que inducirle el coma temporal para que su cerebro pudiera recuperarse todo lo posible antes de despertar y que, si eso ocurría -esa duda en sus palabras se le clavó Takemichi con fuerza en el pecho- ya podrían valorar los daños sufridos.

Supercollide | MaitakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora