My Everything. (IchiRuki)

Capítulo 9.

My Everything.

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Capítulo 9 – la mayor de los Kurosaki, Kukaku y su vida.

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Aun no entiendo algunas cosas de los fics, es más, hasta yo me incluyo como escritora, ¿Por qué los protagonistas son personas millonarias? ¿Por qué los matrimonios siempre los muestran como una boda? ¿Por qué no decimos la realidad que pasan las mujeres? En la vida real, ¿Cuántas Rukia's han conocido como este fic? Pero, por otro lado, ¿Cuántas Kukaku's han conocido? Si nos ponemos a ver, hemos visto a más Kukaku's que Rukia's.

No todas las mujeres se casan, no todas las mujeres lo hacen por amor o por obligación, lo hacen para huir de su casa, así que en Kukaku quiero que plasme más a una mujer que es hasta nuestra amiga más cercana.

Aquí les muestro en esté noveno capítulo, de este fanfic que me gusta, aunque tomando en cuenta que lo escribí hace años, siento que en algunos aspectos ya casi no me gusta, nos vemos al final del capítulo.

Disclaimer: los personajes utilizados son propiedad de Tite Kubo-sensei, las canciones utilizadas pertenecen al artista C-Kan, lo único que me pertenece es la trama y algunas personas OoC.

Advertencia: AU (universo alterno) OoC (Carácter fuera del personaje), lenguaje obsceno y posible Lemon.

—Diálogos—

Narración

("Pensamientos generales")

Pensamientos de Rukia o flash back

Pensamientos Ichigo

Pensamientos secundarios

6969696969696969 inicio o termino de flash back

O0o0o0o0o0o0o cambios de escena

Letras de canciones

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Maltrato a la mujer, no siempre puede haber un maltrato físico, también lo hay psicológico, económico y moral. No todas las mujeres nos casamos con el ser amado, es más, ni siquiera hay un papel que nos una ante la ley, solo existen palabras que dicen "eres mía" o "eres mío"

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Como estaba destinado el reloj de la tierra, son ocho horas de mañana, ocho horas de tarde, y ocho horas de noche. Una vez finalizadas las ocho horas de noche, el sol iniciaba su "jornada", donde alumbraría la tierra por las próximas doce o trece horas. Para algunas personas el día comenzaba, mientras que para otras personas que apenas salían de trabajar, o si no que apenas terminaban su fiesta. El reloj marcaba las ocho de la mañana, donde los niños y jóvenes salían a sus clases.

—¡Karin! —grito una joven madre, la cual aún guardaba cosas en la mochila de su hija. —¡¿Por qué siempre se te hace tarde?!

—Ya vamos mami. —hablo la pequeña niña, sus ojos cafés aún estaban con sueño, mientras que su cabello negro estaba con el "almohadazo" (1).