Mal día.

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¡Quiero volver a casa! 

He pasado cerca de un mes en este nuevo mundo, y me he enterado de cosas que hubiera preferido no saber nunca y quisiera olvidar. Por la parte buena, aceptar misiones de cacería ya se volvió algo común, e incluso he pensado en comprar una espada y aumentar más rápido de nivel, pero aún no consigo ahorrar dinero suficiente. Por otra parte, ¡cada día hay algo más que extraño de mi antiguo mundo! Extraño el pescado, la música, los gatos y perros e incluso el ruido de los autos. Aunque algo de lo peor aquí es ¡la higiene! El jabón de plantas que usan deja la piel extraña y no lava bien, además parece que a nadie le importa ducharse, incluso a Vania le parece extraño que me bañe a diario en vez de solo una o dos veces por semana. Los caballos ¡incluso la gente dejan sucias las calles! Y solo las limpian cada semana.  No hay pasta o cepillos dentales, tampoco shampoo, banditas o cortaúñas. ¡Nadie te dice en los mangas lo horrible que es vivir en la edad media! ¡Esa es publicidad engañosa! Y, desde hace varios días creí que estaba teniendo un retraso, quizá por el estrés, pero luego comprendí que mi cuerpo, al momento de aparecer en este mundo, reinició sus funciones, por lo que en la mañana...

—¡Yukio! ¡Te traje una toalla tibia! Aquí tienes medicina para el dolor, una toalla fría para la cabeza, comida dulce y una tela nueva. Puse tu ropa y la sábana en agua. ¿Necesitas algo más? 

—Quédate conmigo por favor. 

—Claro. 

Me toma de la mano y se sienta a lado mío. Nunca había tenido esta clase de dolor con el periodo, es como si mi abdomen fuera a explotar. Incluso entré en pánico al creer que me iba a desangrar. Debería ir con el médico, pero además de no haber ninguna mujer médica, me da miedo ir con un doctor en este lugar. Alguna vez leí que en la edad media te hacían sangrar de la cabeza para aliviar la fiebre, no sé qué remedios extraños tendrán aquí. Supongo que deberé confiar por ahora en esa medicina, ya he visto a Vania beberla y parece que todas las mujeres la usan. 

Mi amiga me coloca la toalla tibia en el abdomen, y un trozo de tela mojada en la frente. No creo poder levantarme en todo el día, es como si estuviera sintiendo los dolores de varios meses a la vez. Quisiera dormir un poco, pero la molestia es tan intensa que no puedo relajarme. Al menos, la cálida mano de Vania tomando la mía me tranquiliza un poco. 

Bebo la medicina, que además de saber horrible me quema la garganta con cada trago. Vania menciona que una botella es para los síntomas normales, así que en mi caso debo tomar dos. ¡Estoy a punto de llorar! Sigue agarrando mi mano y me acaricia la cabeza, me siento como una niña pequeña, quisiera descansar en su regazo. 

Luego de media hora, el dolor se comienza a disipar. Puedo mover las piernas e intento levantarme.

—¡Yukio! ¿Ya estás mejor? Me asustaste de verdad. Papi está listo para pedir una carreta y llevarte a la ciudad.

El camino a la ciudad es de unas tres horas, según escuché. Perderé casi todo el día solo de ida y vuelta. Además del miedo a los médicos de este mundo, preocuparé a Vania todo el camino. Y necesito al menos un poco de dinero para no tener deudas. Si vuelve el dolor intenso, no tendré más opción que ir a la ciudad.

—Estoy bien, dame un momento y vayamos al gremio.

—¡Si! Me alegra que ya estés bien. 

MUAC.

Me da un beso y sale corriendo.

—¡Papi, ya está mejor!

Me levanto despacio, trato de moverme poco y sin hacer esfuerzos. Me doy un baño corto. Salimos de la casa, puedo caminar sin problema, pero Vania insiste en que me apoye sobre ella. ¿Debí aceptar ir a la ciudad por un médico? Quizá solo fue culpa del trabajo duro todos los días, o alguna clase de reacción a este mundo nuevo o a la magia. Solo espero no volver a sentir algo así mañana, ni mucho menos pasar el mismo dolor insoportable cada mes. Aunque la medicina fue muy efectiva, no debería hacer mucho trabajo duro por estos días, además, llevar una tela doblada en la ropa interior es muy incómodo.

YurisekaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora