La cueva de tesoros.

14 3 0
                                    

Luego del incidente del alcohol, Lora ha mejorado su actitud con Vania, bueno, solo un poco. También me di cuenta de que, aquel dolor de muerte parece que me acompañará con el periodo de ahora en adelante. Además, cada semana termino flechando por accidente a alguna chica del pueblo, un par de ellas han comenzado a seguirme, pero mis amigas las mantienen alejadas, parece que el apellido de Vania es suficiente para causar miedo, y Lora, bueno, es Lora.

Nos detenemos un momento para descansar en el gremio, luego de la típica misión de cacería, Lora se come unas nueces, mientras, Vania me observa fijamente, con una mirada dulce intentando sonrojarme.

-Oigan -menciona de pronto Lora- deberíamos hacer una misión distinta, ya saben, buscar algún calabozo abandonado, un castillo en ruinas, ¡pelear contra demonios! Cazar y recolectar es para novatos

-Pero nosotras todavía somos de nivel bajo -le respondo-. Y, perdóname, pero luego de aquella vez, tendré más cuidado con tus sugerencias.

-¡Pero eso no fue mi culpa!

-¿Eh? ¿De cuál vez hablan?

-Este...

-¡BUAAAAAA!

Un lamento se escucha de repente, es una chica, llorando desconsolada y entrando a toda velocidad. Deja una enorme mochila sobre la mesa junto a nosotras y echa su cara sobre sus brazos para continuar sollozando.

-Oye, ¿te encuentras bien?

Me levanto hacia ella, pero por un segundo, recuerdo que la terminaré flechando en el momento de acercarme. Aunque, no puedo solo ignorarla.

-¿Hay algo en lo que podamos ayudarte?

La chica continúa llorando, hago señas a Vania para que se acerque también, Lora continúa comiendo y solo desvía la mirada.

-Oye -dice Vania sentándose-, puedes hablar con nosotras. Trataremos de hacer algo para ayudarte.

-Ustedes... ¿En serio piensan ayudarme?

Seca sus lágrimas, se levanta y se acerca a mí observándome con unos grandes ojos color violeta, enrojecidos por el llanto. Pero su sonrisa dura apenas un breve instante.

-No... No quiero ser una molestia también para ustedes.

-No es ninguna molestia, nos alegraría que ya no estés triste. ¿No es así Vania?

-Sí.

-¿Verdad, Lora?

Ella nos ignora mientras las nueces crujen en su boca.

-Nosotras dos te ayudaremos. ¿Qué sucedió?

-Desde niña, -comienza a contar haciendo pausas para limpiar su nariz- quise ser una aventurera, mi padre hace un mes me dio su habilidad y dijo que debía subir de nivel para conservarla, pero no hice más que darle problemas a otros compañeros y... ¡Y él me la terminó quitando..! Además me mandó a este pueblo para no avergonzarlo más...

La chica se suelta a llorar sobre mi hombro. Acaricio su cabeza y Vania le limpia las lágrimas con la manga de su vestido.

-Puedes unirte a nosotras como equipo.

-Pero... Pero, no tengo ninguna habilidad...

-Eso no importa, no podemos solo dejarte sola. Me llamo Yukio Ichigo.

-¡Yo soy Vania!

-Mucho gusto, me llamo Arlina Amirab, del pueblo Irgaritauma. Agradezco mucho mucho su apoyo. ¿Y esa chica?

-Ella es Lora, puede hacerse la ruda pero es bastante buena.

-Ven, vamos a buscar una misión para las cuatro -digo tomándola de la mano.

YurisekaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora