Me gusta el hermano de Miércoles III

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Punto de vista de Tn.

Reconozco que estaba nervioso por las primeras clases, me encontraba emocionado y con muchas ganas de saber que clase de temas daríamos. Los primeros días fueron flojos, poco a poco irían aumentando el nivel y ritmo así como las actividades que mandarían. Mi compañero era Eugene quien desde que salvó a Miércoles era algo más conocido e incluso diría que popular pues fue muy valiente y más después de salir del hospital tras sufrir una herida que lo dejó en coma. Realmente era un chico muy majo.

—Espero que este año os esforcéis mucho en las clases—dijo la profesora Rolax—quiero que salgáis aprendiendo y no simplemente vomitando el temario sobre los exámenes.

Mi hermana se sentaba con Xavier, ella parecía seguir la clase con normalidad y prestando algo de atención, era muy inteligente, tanto que cuando le preguntaban sabía la respuesta y la decía al segundo. Realmente era algo sorprendente.

Cuando realizó una pregunta y me tocó responder, hice lo mismo. Respuesta correcta.

—Muy bien Tn, se nota que eres un Addams—yo asentí algo avergonzado.

Durante los descansos de clase pude observar como Enid quien estaba con Ajax a lo lejos estaba discutiendo. El chico realmente estaba molesto, pude ver la cara de la loba a punto de llorar.

—Lo dejo—pude escuchar a Ajax antes de levantarse.

Luego de eso, salió por la puerta donde unos amigos le esperaban. Vi que le daban algo de tabaco justo antes de irse totalmente. Enid llevó las manos a la cara, Yoko le abrazaba mientras rompía a llorar.

—Ve—dijo una voz dándome un susto.

—Dios...—me llevé la mano al pecho, casi me da un ataque al corazón—respiré aliviado.

—Si mueres deja que examine y estudie tu cuerpo, será algo maravilloso—la vi esbozar una sonrisa.

—Hermana, a veces das miedo

—Prefiero el término siniestra.

A falta de poco para llegar hasta donde Enid se me ocurrió una idea. Hice una mariposa de hielo y la hice volar hasta su mesa. Al verla, me miraron y aproveché ese momento para acercarme.

—Hola—salude viendo como estaba llorando.

La abracé y Enid me devolvió el abrazo. Le susurré que todo estaba bien, que no se preocupase y que si necesitaba hablar ahí estaba yo. Yoko nos dejó para ir un momento al baño. Le limpié las lágrimas con mi dedo, esbozando una tierna sonrisa. Después le di un pequeño pañuelo para sonarse, me dolía mucho verla así.

El descanso terminó pronto pero ella se marchó a lavarse la cara, necesitaba tiempo para ella y poder asimilar todo.

Una vez terminadas las clases, acompañé a Miércoles a su dormitorio donde me pidió que la consolase pues ella no era buena en ello. Enid estaba mirando el teléfono, viendo reels de gatos y perros graciosos. Pasaba uno por uno, sin siquiera dar like o enviarlos a alguien.

—Hola—me senté en el borde de la cama.

—Te agradezco el intento, pero no quiero ser una molestia—dijo. Realmente estaba mal.

—No lo eres, al contrario, traes luz y sobretodo color a la vida de los demás—reí ante mi mal chiste.

Ella sonrió un poco y luego soltó una carcajada.

—Eres muy malo contando chistes—dijo.

Nos abrazamos y ella rompió a llorar soltando todo lo que guardaba dentro. Estaba muy mal, necesitaba un gran apoyo.

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