Historias de Nevermore

Me gusta el hermano de Miércoles IV

Punto de vista de Enid.

Al día siguiente en clases, Ajax no fue, seguramente estaría divirtiéndose con los amigos fumando y viendo cosas en sus teléfonos. Yoko estaba en una especie de revisión para vampiros que tenía una vez cada tres meses para ver que todo estaba bien. Miré a Miércoles, sentada en su asiento con Xavier quien dibujaba algo en su libreta.

—¿Está ocupada?—preguntó una voz sorprendiéndome.

—Tn—dije al verle delante mío—ah, no, puedes tomar asiento.

Al poco de sentarse apareció la profesora y comenzó la clase. La asignatura me resultaba complicada y también aburrida. De todas las materias, era la que peor se me daba, pero para Tn era su favorita. Hubo un momento que la mujer realizó una pregunta, me miró y me pidió que diera la respuesta. Yo no tenía ni idea.

—Eh...la respuesta es...—entonces Tn me susurró la respuesta desde su posición sin que ella se percatase.

Al decirla, la mujer esbozó una sonrisa.

—¡Muy bien señorita Sinclair!—felicitó—ahora quien puede decirme...—siguió preguntando a otros.

—Gracias—susurré.

—No ha sido nada.

He de decir que las clases con Tn se hacian más entretenidas pues en los trabajos que nos tocaba hacer por equipos ese día el chico supo dividir el trabajo e incluso se ofreció a hacer la parte más difícil.

—Puede que no sea tan lista como tú o Miércoles pero soy trabajadora—dije algo enfadada pensando que me menospreciaba.

—Ah, lamento que haya parecido eso—replicó cuando salimos de clase para ir a comer—te considero una chica muy lista, trabajadora y sabes darle ese toque a los trabajos que yo por ejemplo no sé—eso provocó un rubor en mí, nadie me había halagado de esa forma.

Nos sentamos a comer pero Tn fue un momento a hablar con un compañero quedando Miércoles y yo.

—Enid deja de mirar a mi hermano—dijo ella sin levantar la mirada.

—¿Qué?

—Te lo comes con los ojos, durante la clase no has parado de reír, hablar y demás con él.

Yo comí un poco de mi plato.

—Porque nos hemos sentado juntos

—Mira, anoche lo pensé. No...no me importa que salgas con él—yo levanté la cabeza sorprendida—pero, solamente te pido una cosa, y ya sabes que no suelo hacerlo.

—Claro, ¿qué es?

—Aclara tus sentimientos, piensa bien cada paso que darás. Es mi hermano, no un cualquiera—respondió.

—Tranquila—guiñé un ojo.

El joven regresó y hablamos sobre las clases. Les conté que me costaba mucho esa materia y el bueno de Tn se ofreció a ayudarme.

—Está tarde repasaremos—dijo—te ayudaré.

—Quería bailar y escuchar música—repliqué.

—Esto será más beneficioso para ambos—intervino Miércoles.

—¿Para las dos?

—Yo podré estar tranquila y no tendré que verte bailar y tú podrás sacar buenas notas.

Tn me preguntó si bailaba.

—No se puede llamar baile a eso, más bien parece un chimpancé pisando cáscaras de plátano y tratando de no caerse.