¡¿ Un Dinosaurio Que ?! ( Furry dinosauro X Tu )

Emociones marañosas, recordatorio de la infancia

Pov Dragón

Mi cabeza no deja de dar vueltas pensando únicamente en lo que dijo el Sanador, aunque sea verdad lo que dijo me resulta difícil aceptarlo a pesar de mi mismo y hago todo lo que puedo para mantenerme en calma, por fuera parezco tranquilo pero por dentro soy una maraña de emociones, un barril de pólvora esperando la primera chispa para explotar y nunca en mi patética vida como híbrido me e sentído así.

Miré discretamente detrás de mí, la señorita ____ seguía mis pasos mientras la guiaba a su habitación, al parecer ella también parecía perdida en sus pensamientos mientras miraba el suelo, me pregunto qué estará pensando, miré su rostro pensativo por unos segundos antes de mirar su cabello, tenía que resistirme a acariciarla y peinar su pelo con mis garras, ya había tenido la oportunidad de tocar su cabello antes  en algunas ocasiones, en las que el príncipe Quelvin jugaba con ella, dándome también la oportunidad de unirme a ellos en sus inocentes juegos,  pero aun así... deseo más, pero no puedo tomar lo que no me pertenece, esas fueron las enseñanzas de mi más grande mentor cuando yo era apenas un niño.

Recuerdo que en ese tiempo mi maestro seguía vivo y Suren aún no era el rey.

Flash Back

Yo era un niño de entre 8 y 10 años, los cuernos en mi cabeza apenas estaban comenzando a crecer y mi cola era mas corta y regordeta, Zavas y yo jugábamos mucho juntos así que lo seguía siempre a todas partes, muchas veces nos metíamos en problemas y sus padres junto con mi maestro nos castigaban por nuestras travesuras.

Zavas : Entremos !

Dijo cuando llegamos frente a la puerta de la cocina, yo asentí y empujé el gran portón abriendo la puerta para él, ambos entramos y miramos con asombro los grandes calderos, nos acercamos a uno y Zavas comenzó a hacer muecas con la cara mientras se miraba en el reflejo del metal, nos reímos por un rato y seguimos explorando la cocina mientras nos ocultabamos de los cocineros y ayudantes de cocinar, al ser niños nos resultaba fácil escondernos en espacios pequeños.

Dragón : Qué haremos ahora príncipe ?

Pregunte mientras me acercaba a él ocultos entre unos barriles, Zavas miró a su alrededor, se acercó un poco más a mí y susurró en mi oído.

Zavas : [ Quiero jugar a los ladrones ]

Lo miré sorprendido a los ojos, no me esperaba tal afirmación y menos del príncipe.

Dragón : Por qué ?

Volví a preguntar,  Zavas sonrió y salió de nuestro escondite cuando se fue el cocinero, antes de responder.

Zavas :  Los plebeyos lo hacen y yo quiero hacerlo también.

Dijo con genuina inocencia infantil antes de salir corriendo y lo seguí aún algo confundido por nuestro extraño juego, con cuidado de no ser descubiertos por uno de los cocineros, nos acercamos al almacén de comida.

Zavas : [ Quiero robar unas galletas ] - susurró alegremente mientras entrábamos al almacén - [ será nuestro primer gran robo, jiji, nadie se dará cuenta ]

Zavas se acercó a una de las estanterías y se subió sobre una de las cajas en el suelo para alcanzar las repisas, yo estaba mirando desde abajo, estaba ansioso por probar las galletas y dar por terminado nuestro juego de pequeños ladrones, pero repentinamente uno de los cocineros entró en al almacén y nos pilló tomando las galletas, el príncipe Zavas al ver al cocinero saltó asustado sobre la caja y perdió el equilibrio, cayó al suelo de espaldas y comenzó a llorar.

Cocinero : Su alteza !

Dijo el cocinero acercándose al príncipe rápidamente, yo al estar en el medio me empujó agresivamente a un lado, haciéndome caer sobre uno de los sacos de harina antes de ir donde el príncipe y delicadamente levantarlo del suelo, era evidente que el cocinero no me tratará con cuidado al yo ser un híbrido, miré al cocinero y un pequeño gruñido escapó de mi boca, estaba enfurecido y tenía ganas de saltar sobre él y morderlo, pero debido al polvo de la harina regada en el aire empecé a estornudar, mi enojo se disipó al concentrarme en cubrír ni nariz intentando detener mis estornudos, mientras que el cocinero trataba de calmar los llantos de Zavas.