❦ Teeth ❦ Nell Phantom x Oc (Las joyas de la princesa)

𝒫𝓇ó𝓁𝑜𝑔𝑜

"Me declaro en contra de todo poder cimentado en prejuicios aunque sean antiguos"

—Mary Wollstonecraft

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Una niña se encontraba en el regazo de su madre, quién le quitaba un peinado, la chimenea las iluminaba mientras la madre tarareaba una nana. Una vez terminó de deshacer las trenzas miró a su pequeña hija.

—Muy bien, ahora ve a dormir pequeña revoltosa. -Dijo con una sonrisa.

—No quiero dormir... ¡Mis sueños son extraños!

—Todos los sueños son extraños. -Aseguró la mujer acariciando las mejillas de su niña.

—Pero madreeee, ¡Mis sueños son muuuy extrañooos! -Alargó mientras movía sus manos para explicar su punto. Recibió una risita en respuesta.

—Tienes un don muy especial, mi pequeño huracán... Un don que nos otorgó nuestro amado dios Astotelia, además -Le apartó algunos mechones del rostro. —Algo extraño, es simplemente algo normal visto desde otro ángulo.

—¿Eso del don quiere decir que yo soy especial? -Preguntó con inocencia y emoción.

—Por supuesto, eres la favorita de dios, eso quiere decir que eres muy especial. -La mujer hizo que una taza de té flotara en su dirección. —Aunque tú ya eres muy especial sin tu don, mi preciosa mariposa...

Antes de que la pequeña siguiera protestando, la mayor la abrazó y la acercó a ella mientras comenzaba a cantar una melodía que ambas conocían a la perfección, por lo que la niña también se puso a cantar junto a su madre.

Ahí fue cuando ___ entendió que su vida era valiosa para el imperio y no les iba a beneficiar perderla, porque no querían perder la bendición de su dios.

—Jmm... -Un suspiró de tristeza salió de sus labios mientras se quitaba un velo negro que traía sobre la cabeza.

—Su alteza... -Otra jovencita de cabello rubio se acercó hasta la joven princesa. —¿Le ayudo en algo?

Recibió un asentimiento en respuesta, entraron en el baño privado de la princesa y la muchacha la ayudó a desvestirse antes de entrar en la bañera que estaba preparada para ella con la esperanza de consolar su espíritu, ni siquiera se podía sentir el fresco viento que se sentía generalmente cerca de la joven.

—Ya puedes retirarte Cass... -Dijo con la mirada pérdida entre el agua de la bañera.

—Prepararé su hora del té en el jardín, Isaac llegará pronto. -Le dijo intentando animarla y se retiró del cuarto de baño.

Por otro lado ella solo dejó salir algunas lágrimas, ese mismo día hace once años perdió a la persona que más amaba en el mundo, pero siempre dolía como si la acabará de perder... Su querida madre...

La causa de muerte había sido un ataque de asma, se le había advertido al emperador hace unos meses que la mujer debía cuidarse más por la condición en la que se encontraba su salud y finalmente al llegar una noche ella estaba ahogándose y dando su último respiro mientras los demás estaban contentos en un banquete.

Para su desgracia, su rutina era algo que no podía dejar aunque le pesará el alma, así que se vistió como si nada al salir de la tina y se encaminó al jardín de su palacio donde solía tomar el té de la tarde. Una vez allí miraba su taza con desconcertada, su única dama ya se había acostumbrado a lo distante que se volvía su señora en este día.