❦ Teeth ❦ Nell Phantom x Oc (Las joyas de la princesa)

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Por fin me dí cuenta de lo agradable que era todo sin tener regularmente la presión de la emperatriz sobre mí o de los funcionarios de Arbezela. Aquí también estaban atentos a cada cosa que decía o hacía, pero me sentía un poco menos juzgada ya que después de todo era una visitante, un misterio para todos ellos.

El banquete estaba muy animado y ya me había acostumbrado al clima, aunque es obvio que por la cantidad de personas en el salón, hacía incluso más calor. Me encontraba rodeada de algunas nobles cuando de repente se empezaron a oír más murmuros que de costumbre, que extraño, ¿Y eso?

Entonces, ví un hombre vestido bastante raro. Supuse que era un soldado por la máscara de huesos que tenía, solo la usaban los miembros del ejército de Xek. Él se acercó a Ariana poniéndose frente a ella, la llamó ppr uno de sus títulos, el de "princesa" y se quitó la máscara que traía.

—Yo, Efrit, me enamoré de usted a primera vista. -Llevó su mano al pecho aún sosteniendo la máscara, díganme anticuada, pero para mí toda esta escena son palabrerías. Ella sin embargo estaba satisfecha en cuanto le vió el rostro y se sonrojó. —Le ofrezco mi corazón, princesa... E-Eh...

El rostro del príncipe se deformó, parecía pensativo y se había quedado en blanco por un momento. Los susurros de la gente incrementaron al ver que Efrit no sabía el nombre de Ariana.

—¿P-Princesa...? -Exclamaciones de sorpresa inundaron el salón de banquetes. La gente empezó a hablar más fuerte y el rostro de Ariana cambió a uno de decepción, más le vale adivinar o sino ella hará una escena.

—¡Ariana, Ariana de Secramise! -Dijo con una sonrisa tensa tratando de mantener la compostura. —Segunda primogénita de la emperatriz y el emperador de Arbezela.

—Le ruego que perdone mi ignorancia, conocía su posición y poder, pero estaba algo confundido... -Ahora parecía un poco avergonzado por aquel desliz, pero se recompuso rápidamente.
—Princesa Ariana, permítame estar a su lado y amarla.

Solo miré desde donde estaba, a pesar del reciente contratiempo y la impaciencia de Ariana, parecía encantada con la declaración del príncipe Efrit, se cruzó de brazos y puso una expresión seria. Todo esto es tan ridículo, el amor que aquel hombre profesa por ella toma tiempo y esfuerzo, además en estas sociedades es difícil encontrar algo así.

—A decir verdad, hace poco comencé a armar una colección. -Las personas disminuyeron la voz para escuchar lo que diría ella.

—¿De qué?

—De "Joyas vivientes". Hombres fuertes y hermosos con talentos divinos que me ayuden a alcanzar mis objetivos... -Ariana se veía tan segura de su "discurso" y yo contuve una mueca.

Así que ese es su plan, tomar hombres importantes y poderosos para lograr posicionarse como emperatriz, viniendo de alguien como ella no me sorprende en lo absoluto, siempre ha esperado que los demás hagan todo por ella con solo chasquear un dedo sin importar quién sea. Yo sabía que no se iba a conformar con ser rechazada por Nell, posiblemente estaría buscando un esposo que le dé el poder político que necesita, pero jamás pensé que fuera tan descarada para querer tener más de un amante ¿Qué pasará con su prometido?

—En ese caso, soy un candidato perfecto para unirme a su colección. -El hombre se inclinó frente a ella liberando una gran parte de su manaa, logré percibirlo al instante. Tiene un aura bastante fuerte, es bueno resistiendo y conteniendo el manaa en su cuerpo, pero está claro que no aceptará ser mi aliado. —¡Yo, Efrit Karsia, tengo la fuerza para destruir a todos los enemigos que se crucen en su camino! ¡Así podrá tener todo lo que desee!