❦ Teeth ❦ Nell Phantom x Oc (Las joyas de la princesa)

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Me desperté antes que de costumbre, lo supe al ver que aún estaba oscuro y no había ningún rastro de luz en mi habitación además de algunas luces tenues metidas en lámparas. Ante esto solo me quedé mirando al techo y pensando en tantas cosas, entre ellas la princesa ___, siempre me encontraba pensando sobre lo afortunado que fuí a pesar de que la duquesa Aleah murió... A ella también la extraño todos los días, pero la emperatriz intentó echarme del palacio incluso cuando la duquesa apenas había caído enferma.

Me sentí tan preocupado al ver que no despertaba el día anterior, me había contado parte de lo que vió sobre Madame Benela y la duquesa, solo se levantó para cenar como si nada pese a mis súplicas de que se quedara en la cama. La preocupación que sentía no se había ido, al contrario, incrementó. Me daba miedo que en algún momento sus habilidades la hagan caer inconsciente y no despierte en muchos años o peor. Aquel pensamiento me hizo sentir vacío, ¿Qué íbamos a hacer Cassandra, Lillian y yo si eso llegara a pasar? Más que eso, significaría no volver a verla tan animada durante las mañanas o tomar té los cuatro juntos en el jardín... No habría más y complicidad, ya no habría esperanza para los habitantes de Arbezela.

Me aterra pensar que ella podría correr peligro, es por eso que decidí volverme su fiel servidor y protector. Solo espero que la lucha por el trono no la afecte demasiado, aunque eso es mucho pedir.

No pude evitar sumergirme en mis recuerdos nuevamente, la duquesa Aleah era alguien maravillosa que dió su vida por las otras personas para que fueran felices, incluso olvidando su propia felicidad... Dejé mis pensamientos de lado por el momento y fui a la cocina para buscar que desayunar, luego me dirigí a los aposentos de la princesa.

Dentro se encontraba ella junto a sus damas de compañía, su cabello estaba ligeramente ondulado y suelto mientras Lillian y Cassandra terminaban de arreglarla. Al verla no pude evitar tener un deja vú, supongo que es por haber estado pensando en la duquesa durante la mañana... Sin duda ambas tienen actitudes y comportamientos parecidos, pero para nada son la misma persona.

Lo único que recuerdo cuando pienso en mi pasado antes de conocer a la duquesa Verdi es la crueldad... Las personas a veces eran amables, cuando tenía suerte de cruzarme a aquellas almas caritativas me sentía feliz, sin emabargo también me crucé más que nada con personas aterradoras.

A veces si miraba fijamente mis extremidades, volvía a encontrar aquellos moretones y heridas que recibí mientras crecía en las calles de la capital. Creo que aunque haya pasado tanto tiempo nunca podría superarlo del todo, hay muchas cosas al respecto que ni siquiera he compartido con la princesa.

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17 años antes

Apenas tenía siete años, no podía hacer algo más que pedir y aunque odiaba mendigar porque me hacía sentir aún más inferior de lo que ya era, no tenía otra opción, en los días buenos me alcanzaba para comprar un pan algo duro o me regalaban un vaso de agua, para mí eso era lo mejor que podía conseguir y si aguantaba el hambre unos días para guardar las monedas tenía la oportunidad de comprar una manzana fresca y recién cortada.

Froté mis pequeñas manos intentando calmar el ardor que sentía, aparte de eso mi estómago rugía y me pesaba el cuerpo. Quería llorar, pero no lo volvería a hacer, el panadero me había sacado de su negocio por la ropa vieja y gastada que llevaba, me acusó de querer robarle mientras jalaba mi delgado brazo con fuerza y luego me arrojó al piso.