♱ tentatio ♱ 𝖐𝖔𝖔𝖐𝖒𝖎𝖓

once

Luego de que las clases terminarán me fui a mi casa y escuché a mi madre y a Mi-suk hablando en la cocina.

Quise acercarme a saludarlas pero la conversación que estaban teniendo me llamo la atención.

-- No te hagas la tonta conmigo Mi-suk. -- dijo mi madre. -- Tú lo conoces tan bien como yo.

Fruncí el ceño tratando de escuchar la conversación, quería saber de quién estaban hablando.

-- Tu también crees que tiene un amante, ¿verdad? -- dijo mi madre.

Entré a la cocina interrumpiendo a mi madre.

-- ¿Disculpe?, ¿Quién cree que tiene una amante mamá? -- le dije esperando una buena respuesta.

Mi mama se volteó rápidamente y no dijo nada. Solo me miró y sonrió fingido.

-- Mamá? De quien hablaba? -- le insistí

-- Jimin, es de mala educación escuchar las conversaciones ajenas. -- dijo mi madre dispuesta a marcharse de la cocina.

Le volví a hablar.
-- Pero respóndame.

-- Son cosas de grandes Jimin. No es de tu incumbencia. -- dijo mi mamá yéndose de la cocina.

Mire a Mi-suk un rato y solo encogió sus hombres. Al parecer ninguna de las dos me iba a decir de quien hablaban.

Seguí por detrás a mi madre luego de que se retirara por la cocina, ella notó mi presencia.

— Que mala educación Jimin, estar escuchando conversaciones detrás de las paredes.

Mi madre detuvo su paso así quedándonos cara a cara.

— Madre yo ya estoy bastante grande para que no me cuente cosas. Dígame quien tiene amoríos con quien....

Me miró unos segundos y comenzó a mover algunos accesorios de la mesa, como si estuviese nerviosa o tratando de escapar de la conversación

— Ay Jimin... algunos parientes de Mi-Suk, no sé hijo son rumores...

— No le creo. No me gusta que me vea la cara de tonto. Porque fíjese que no la tengo.

Mi madre suspiro y volvió su mirada a mí.

— No te tomo de tonto, Jimin. Te tomo de intruso.

Nos miramos un momento y el sonido de alguien golpeando la puerta fue la escapatoria de mi madre.

— Iré a cambiar el agua de las plantas, ve a abrir la puerta.

Mi mamá se fue y bufé, estaba seguro de que algo me estaba escondiendo. Y me iba a enterar de una forma u otra.

La madera de la puerta sonó nuevamente sacándome de mis pensamientos, y caminé hacia ella.

Abrí la puerta y me congelé unos segundos al ver al padre Jeon.

— Buenas tardes. — dijo el padre Jeon.

Le hice una señal para que pasase.

— ¿Pasó algo? — le dije preocupado. — ¿Yoongi, el está bien? —